sábado, 20 de diciembre de 2014
El viento lo agita todo (por Philip Larkin)
El viento sopló todo el día de mi boda,
y mi noche de bodas fue la noche del vendaval;
la puerta del establo no dejó de golpear,
y él tuvo que bajar y cerrarla, dejándome
como una estúpida a la luz de las velas, oyendo
la lluvia, viendo mi cara en el curvo candelabro,
en realidad sin ver nada. Cuando volvió
dijo que los caballos estaban inquietos, y me entristeció
que aquella noche hubiera un hombre o animal
que no compartiera mi felicidad.
Ahora, de día,
el viento lo agita todo bajo el sol.
Él ha ido a ver la riada, y llevó
un cubo desportillado al gallinero,
lo dejó en el suelo y quedó mirándome. Todo es un viento
que revuelve las nubes y los bosques, que azota
mi delantal y la ropa del tendedero.
¿Puedo soportar que el viento me haga encarnar
la alegría de mis actos, como un hilo ensartado
de cuentas? ¿Podré dormir ahora
que esta mañana perpetua comparte mi cama?
¿Conseguirá secar la muerte
estos nuevos lagos de dicha, impedir que nos arrodillemos
como el ganado junto a sus generosísimas aguas?
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3 comentarios:
Por favor, poned más poemas de Larkin. Un beso.
La ignorancia es temporal, la estupidez es para siempre.
Las grandes almas tienen voluntad; las débiles tan solo deseo.
(proverbio árabe)
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