Escribir poemas como comprar el pan
esperando que nutran y alimenten,
ojalá el poema me ayude a respirar y arder.
Escarbar palabras, agujeros, laberintos,
mientras gruñe alrededor el lobo.
La palabra es un cepo oxidado y yo
un cazador torpe en la nieve hostil,
en el torno del alfarero,
en el yunque del herrero de los huesos,
en el collar de la negra de calaveras erradas,
a la búsqueda de sendas propicias
y semillas silvestres.
Pájaro del viaje de hilo,
dónde quiero ir,
dónde quieres ir,
adónde crees que vas a llegar.
Voy a susurrarte que nada existe
para defenderme de ti.
4 comentarios:
Los verdaderos poemas huyen, decía Emily Dickinson.
Nadie preside
-y menos aún la reina-
el hormiguero.
(RAFAEL BALDAYA)
Nunca falta un necio dispuesto a admirar a otro necio.
(proverbio ruso)
Al remilgoso y al pejiguera, déjalos fuera.
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