jueves, 29 de enero de 2015
Cuando el caballo (por Máximo Simpson)
Cuando el caballo habla,
tiembla toda la casa del olvido.
Tiembla toda la casa,
tiembla todo el olvido:
las puertas de la noche retroceden.
Cuando el caballo clama,
cuando el caballo augura, profetiza,
se oscurecen ventanas y canceles,
y el hombre a la deriva da un rodeo,
hace un alto y espera.
Cuando el caballo habla y se anticipa,
todos callan de pronto,
y el desvalido orgullo de la especie
se amontona en la lengua.
Cuando el caballo habla,
la pampa sueña con el mar,
y el jinete desmonta,
se aventura por dentro de sus ojos,
se desnuda.
Cuando el caballo habla,
cuando sabe,
la memoria perdida se instala en la existencia
y corroe las hondas certidumbres.
Cuando el corcel florece en la tormenta,
cuando sus manos se alzan hacia el cielo,
cuando de pronto brinca y vaticina,
un ambiguo claror empaña los cristales,
una lluvia indecisa retorna hacia lo alto.
Cuando el caballo sabe,
cuando el jinete escucha,
declina el sacerdote sus trofeos.
Cuando el caballo habla,
pone el hombre pie en tierra,
medita en sus ancestros,
se prepara.
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4 comentarios:
Sólo quien nada hace no se equivoca nunca.
Quien siempre me miente, nunca me engaña.
Amé y también fui amada.
Acarició el sol mi faz.
Vida, no me debes nada.
Vida, estamos en paz.
Ninguna enseñanza suple del todo a la experiencia.
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