lunes, 19 de enero de 2015
Rebelaos (por Dylan Thomas)
No entres dócilmente en esa buena noche,
la vejez ha de arder y delirar al final del día:
rebélate, rebélate contra la luz que agoniza.
Aunque los sabios sepan al final que están bien las tinieblas,
porque de sus palabras no ha brotado el relámpago,
no entres dócilmente en esa buena noche.
Hombres buenos, ante la última ola, llorando el resplandor
que sus frágiles obras habrían tenido danzando en la verde bahía,
rebelaos, rebelaos contra la luz que agoniza.
Hombres locos que al vuelo atraparon y cantaron al sol,
y que comprendieron, demasiado tarde, que ensombrecían su camino,
no entréis dócilmente en esa buena noche.
Hombres serios, moribundos, que con mirada cegadora veis;
los ojos ciegos pueden arder como meteoros y ser joviales,
rebelaos, rebelaos contra la luz que agoniza.
Y tú, padre mío, allí en la triste cima,
maldíceme, bendíceme con tus fieras lágrimas, te imploro.
No entres dócilmente en esa buena noche,
rebélate, rebélate contra la luz que agoniza.
la vejez ha de arder y delirar al final del día:
rebélate, rebélate contra la luz que agoniza.
Aunque los sabios sepan al final que están bien las tinieblas,
porque de sus palabras no ha brotado el relámpago,
no entres dócilmente en esa buena noche.
Hombres buenos, ante la última ola, llorando el resplandor
que sus frágiles obras habrían tenido danzando en la verde bahía,
rebelaos, rebelaos contra la luz que agoniza.
Hombres locos que al vuelo atraparon y cantaron al sol,
y que comprendieron, demasiado tarde, que ensombrecían su camino,
no entréis dócilmente en esa buena noche.
Hombres serios, moribundos, que con mirada cegadora veis;
los ojos ciegos pueden arder como meteoros y ser joviales,
rebelaos, rebelaos contra la luz que agoniza.
Y tú, padre mío, allí en la triste cima,
maldíceme, bendíceme con tus fieras lágrimas, te imploro.
No entres dócilmente en esa buena noche,
rebélate, rebélate contra la luz que agoniza.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Excelente poema. Sale varias veces leído en la película "Interestellar", altamente recomendable. Un saludo.
En cada andén
otros suben o bajan.
Yo sigo y sigo.
(RAFAEL BALDAYA)
¿Dónde termina la persona, su contorno, sus límites? ¿Dónde empieza lo que es incluso más cierto que ella misma, el dolor en su voz, la inocencia en sus ojos?
(BOBIN)
Publicar un comentario