la estación, la hora, el tiempo y el instante,
y el país y el lugar en que delante
de los ojos que me atan me veía;
y el dulce afán primero que sentía
cuando me ataba Amor, y aquel tirante
arco, y sus flechas, y, en mi pecho amante,
las profundas heridas que me abría.
Bendito sea el incesante acento
que llamando a mi dama he difundido,
y el llanto y el deseo y el lamento,
y bendito el papel con que solía
ganarle fama y, ay, mi pensamiento,
del que nadie más que ella disponía.
8 comentarios:
Ni todo lo nuevo es moderno, ni todo lo antiguo es viejo.
¡Qué cosa más extraña parece eso que los hombres llaman placer! ¡Qué sorprendentemente está unido a lo que semeja su contrario: el dolor! Los dos a la vez no quieren presentarse en el hombre, pero si se persigue al uno y se le coge, casi siempre queda uno obligado a coger también al otro, como si fueran dos seres ligados a una única cabeza.
(SÓCRATES, citado por PLATÓN)
Cien mil personas
con cien mil biografías
en el estadio.
(CUQUI COVALEDA)
Cierto Cuqui, 100.000 y cada uno con su propia memoria, con sus pasos andados por cada cual, con sus 100.000 trayectorias vitales de cada espectador , y todos ellos concentrados en una pequeña grada del Bernabeú o del Vicente Calderón o del Camp Nou.
A menudo nos sometemos porque ignoramos nuestro propio poder.
La Nada espera
con sus brazos abiertos
de par en par.
(RAFAEL BALDAYA)
La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra y el mar encubre; por libertad así como por la honra, se puede aventurar la vida y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres.
(CERVANTES)
En mi mente hay un arbol cuyo fruto es saqueado al amanecer.
(KIAROSTAMI)
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