Recuerdo bien las veces que estuve en un quirófano
de niño las anginas
más tarde por fimosis
por las muelas del juicio
por el tabique nasal desviado
Recuerdo bien las veces que me picó una avispa
cuando sin darme cuenta puse la mano encima
cuando en aquella ducha yendo hacia la piscina pisé varias
cuando la eché del pelo creyéndola una mosca
cuando en el coche con el cristal bajado se metió en mi camisa
Y hay también otras cosas que no puedo olvidar
y son también heridas
aguijones
Recuerdo bien las veces que hice llorar a alguien
los ojos de otra gente por mí vertiendo lágrimas
mis lágrimas de autor
Sí, las recuerdo bien
Ojalá sólo yo
yo y nadie más se acuerde
9 comentarios:
Tampoco tú
recuerdas ya, completo,
tu itinerario.
(RAFAEL BALDAYA)
Servidor, como Saiz de Marco, sabe lo que es la picadura de la avispa: hace cosa de un mes estaba yo repasando un matorral con la desbrozadora, la visera abatida, en pantalón corto y arremangada la camisa (el terso músculo brillante bajo los rayos de Febo impertinente), cuando se me echó encima un enjambre de avispas, a quienes había importunado involuntariamente. Me atacaron por todas partes (en la cabeza, en las piernas, en la espalda, en el culo...): NUEVE pinchazos en total.
A los primeros aguijonazos tiré la máquina al suelo y salí corriendo con las avispas lanzadas tras de mí; aún una me alcanzo al entrar en casa. Cerré la puerta aliviado creyéndome a salvo, pero traía un par de bichos debajo del pantalón y uno tuvo tiempo de morderme en pleno culo. Pero lo pagó caro.
Como tenía experiencia de pinchazos previos, opté por no ir al Hospital (que era lo que todos me recomendaban). Aquí estoy, como veis, sin novedad.
Saiz de Marco lo cuenta en un poema, lo mío merecería una epopeya.
Aunque me gana en lo de la fimosis..., sí.
Pues con un par de avispitas bajo el pantalón, la cosa podría haber sido bastante peor, sobre todo si le hubieran picado en ... salva sea la parte.
Llevo siempre coquilla (como torero que fui) y eso me salvó.
LIBRES E IGUALES
Ciudadanos, ciudadanas:
Todos nosotros tenemos la suerte de vivir en un Estado de derecho. En España. Compartimos una Constitución que ampara nuestros derechos y fija nuestros deberes. Dentro de sus límites, podemos diseñar nuestro perfil político: compartirlo con otros muchos o elegir ser distintos a todos los demás. Nuestra ciudadanía no está condicionada por el lugar donde hemos nacido o vivimos, ni por nuestro origen familiar, ni por nuestros gustos culturales o ideológicos. Somos ciudadanos, es decir gobernantes, del territorio plural que gestiona nuestro Estado.
Mañana, en una de las regiones españolas, tan nuestra como el resto, se va a proceder a un acto simulado de democracia con la intención de privarnos de una parte de nuestra soberanía ciudadana y de mutilar nuestros derechos políticos.
Queremos denunciar alto y claro este atropello. Queremos seguir compartiendo con todos los ciudadanos españoles nuestra soberanía. Queremos defender este país unido ante los que pretenden su mutilación sectaria. No reconocemos legitimidad alguna a los intentos de fragmentar nuestra ciudadanía apelando a supuestos derechos preconstitucionales.
Y, por tanto, exigimos del gobierno del Estado español que defienda con firmeza nuestra ciudadanía común.
De los ya idos,
¿a quién devolverías
hoy a este mundo?
(CUQUI COVALEDA)
Demasiadas abuelas hacen al niño enclenque.
(proverbio esloveno)
No hay rencillas
ni hostilidades dentro
de la colmena.
(RAFAEL BALDAYA)
A menudo las oportunidades se presentan en el momento más inoportuno.
Publicar un comentario