El día que ella se fue
pinté mi cara de negro.
Abofeteé duramente en su cara al salvaje viento demenciado.
Recogí los pequeños pedazos de mi vida
y me quedé desnudo ante un espejo agrietado.
Me permití hacer venganza sobre mí.
Miré condescendientemente el sol y dije '¡estúpido!'.
Lancé selectas maldiciones sobre todos los artistas que pintan sueños.
Caminé desde el este hacia el oeste.
Tomé piedras que encontré en el camino y las lancé contra mí mismo.
Cómo fluye rápidamente esta agua en su ataque de risa
a través de montañas y gargantas,
¿qué océano persigue encontrar?,
¿o se filtrará
en el suelo al nivel del mar?
¿Alguna vez pertenecí a mí mismo?
No pude ni abrazar su cuerpo muerto
y desahogar mi corazón.
El día que ella se fue
pinté mi cara negra.
4 comentarios:
¿Y dónde estoy?
Justo aquí,
a tu lado,
latiendo.
Levantándome de la caída, recogiendo mis cristales muertos...
Aprendiendo. Aquí, donde las mareas confluyen y nos hacen presa de su movimiento.
Estoy aquí, abrazando nuestro momento. A pesar del miedo, a pesar de los ruidos internos... Aquí y en ningún otro sitio donde quisiera estar... En ti, contigo creciendo.
(EVA EN LUCA)
Ausencia omnipresente. Omniausencia.
El "morir" -la idea de la propia muerte y la constatación de las muertes ajenas- es un acontecer normal, biológico e inexorable que, sin embargo, nunca se integra del todo en nuestra naturalidad ni en nuestra normalidad.
Me pregunto si , en verdad, aprenden..
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