con ayuda de una balaustrada oxidada,
encuentro el camino de mi mejilla y mi hombro,
encuentro el camino de mi ternura:
hierro y carne.
El resto son banderas
que ondean silenciosas, interrogando fuera y dentro,
en el espacio de la noche, en el espacio del alma:
¿muerte?
pongo la mano sobre el rostro palpitante
de la noche,
quito un poco de óxido de mi mejilla.
2 comentarios:
Dejar de vivir no admite otro grado mayor, no permite un paso más. La ausencia de vida es el nivel máximo, la culminación de algo. Ningún muerto está más que muerto. Ningún muerto está muertísimo.
(RAFAEL BALDAYA)
Una soledad mayor
lentamente se aproxima
a mi triste corazón.
Se me está nublando el ser
lo mismo que una mirada
se ciega al oscurecer.
Me echo sin nexo ni fin...
Tan nada quise de Nada,
que hoy Nada quiere de mí.
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