"¿Sabes escribir a máquina?" me dijo Jake.
"Tal vez diez palabras por minuto".
"Está bien", dijo Jake, "sólo recibimos
dos, tres cartas de vez en cuando,
lo que necesitamos es un chico inteligente
que sea amable con los clientes,
no necesitas saber nada de cortinas,
sólo sé amable cuando la gente cruce la puerta,
conversa con los compradores,
no necesitas saber nada de cortinas,
sólo llévalos a las muestras,
tenemos todo, los estilos, los precios
puestos en las etiquetas.
Lo que necesitamos es un chico amable
y educado, como tú. Lo harás bien".
Y lo hice, y esto es un elogio a Jake,
que puede que prosperase, quien me pagó por nada,
quien conocía el gran secreto de la vida:
"sé amable", y quien me mandó una vez con rosas
al apartamento de una clienta
con una advertencia: "ella es una dama,
dale un vistazo a la casa y cuéntame,
puedes saber mucho de la gente
por cómo es su casa", y volví
y le dije "su casa es linda, y ella es muy bonita,
y tiene un montón de libros de Shakespeare
en su salón", y Jake dijo "mierda,
no llegaré a ninguna parte con ella
si es una intelectual".
3 comentarios:
¡Quién, quién, naturaleza,
levantando tu gran cuerpo desnudo,
como las piedras, cuando niños,
se encontrara debajo
tu secreto pequeño e infinito!
(JRJ)
A la porra los poetas altisonantes, verborreicos, grandilocuentes...
...los Verlaines, los Rimbauds, los Baudelaires, los Eliots, los Keats, los Yeats, los Ezra Pounds, los Góngoras, las Steins...
¡Timadores del oscurantismo y la vana palabrería!
Como en verdad no tienen nada que decir, encubren su vacío con sonoridad hueca, pirotecnia verbal o rima calzada.
Al cuerno con ellos, con sus sofisticaciones y con sus insufribles Parnasos.
¡Y viva, en cambio, la poesía sencilla!: los poemas sinceros, emotivos y humildes como éste. Vivan los pequeños poemas que llegan al corazón.
Ya que gobernamos mal, por lo menos gobernemos barato.
(SAGASTA)
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