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viernes, 19 de abril de 2019

De mi cuerpo o el tuyo (por Walt Whitman)


¡Oh, cuerpo mío!, no me atrevo a abandonar a tus semejantes en otros hombres y otras mujeres, ni a los semejantes de las partes que te componen;
creo que tus semejantes perdurarán o morirán con los semejantes del alma (y que son el alma),
creo que tus semejantes perdurarán o morirán con mis poemas, y que son mis poemas,
poemas del hombre, de la mujer, del niño, del muchacho, de la esposa, del esposo, de la madre, del padre, del joven y de la joven,
cabeza, cuello, pelo, orejas, lóbulo y tímpano de la oreja,
ojos, pestañas, iris del ojo, cejas y la vigilia o sueño de los párpados,
boca, lengua, labios, dientes, paladar, mandíbulas y articulaciones de las mandíbulas,
nariz, aletas de la nariz y tabique,

mejillas, sienes, frente, mentón, garganta, nuca, forma del cuello,
fuertes hombros, barba viril, omóplatos, espalda, y el ámbito del pecho,
brazo, axila, junta del codo, antebrazo, músculos del brazo, huesos del brazo,
muñeca y coyunturas de la muñeca, mano, palma, nudillos, pulgar, índice, articulaciones de los dedos, uñas,
amplio pecho, rizado vello del pecho, esternón, costados,
costillas, vientre, espinazo, vértebras,
caderas, articulaciones de las caderas, fuerzas de las caderas, redondez cóncava y convexa, testículos, raíz del hombre,
muslos, que son la firme base del tronco, músculos de la pierna, rodilla, rótula, piernas,
tobillos, empeine, planta del pie, dedos del pie, talón,
todas las actitudes, todas las bellezas, todos los bienes de mi cuerpo o el tuyo, o del cuerpo de cualquier otro, varón o mujer,
las celdillas de los pulmones, el estómago, las entrañas dulces y limpias,
el cerebro y sus pliegues dentro del cráneo,
simpatías, válvulas del corazón, válvulas del paladar, sexo, maternidad,
lo femenino y todo lo que pertenece a la mujer, y al hombre que nace de la mujer,
el seno, los pechos, los pezones, la leche del pezón, las lágrimas, la risa, el llanto, las miradas de amor, la amorosa inquietud, las erecciones,
la voz, la articulación, el lenguaje, el susurro, el grito,
el alimento, la bebida, el pulso, la digestión, el sudor, el sueño, caminar, nadar,
porte de las caderas, saltar, recostarse, abrazarse, brazos que se curvan y aprietan,
el continuo movimiento de las comisuras de los labios y de los ojos,
la piel, la mejilla tostada, las pecas, el pelo,
la sensación curiosa de la mano al rozar la desnuda carne del cuerpo,
los ríos incesantes del aliento, de la inspiración y la exhalación,
la belleza del talle y de las caderas, y más abajo, hasta las rodillas,

las mínimas partículas rojas que llevo y que tú llevas, los huesos y la médula de los huesos,
la sensación deliciosa de la salud;
afirmo que estas cosas no sólo son los poemas del cuerpo, sino también del alma,
afirmo que son el alma.


5 comentarios:

Agridulce dijo...

Lección de anatomía en el "Song to my self" de WW !

Fuego de palabras dijo...

Vacía la casa donde tantas veces
las palabras incendiaron los rincones.
La noche se anticipa
en el piano, mudo
que nadie toca.

Voy a solas desde un recuerdo a otro
abriendo las ventanas
para que tu nombre pueble
la mísera quietud de esta tarde a solas.
Ya nadie inmoviliza las horas largas y cerradas
a toda dicha mía.

Y tu recuerdo es otra cosa
grande y quieta
por donde yo tropiezo sola.
Y mis latidos forman una hilera de pisadas
que van desde tu puerta hacia el olvido.

(NORAH LANGE)

TóTUM REVOLùTUM dijo...

Podríamos no estar hechos de carne y hueso: por ejemplo, cuando soñamos, nuestro cuerpo físico no importa, lo que importa es nuestra memoria y las imaginaciones que urdimos con esa memoria. Y eso es evidentemente temporal, y no espacial.

(BORGES)

Lloviendo amares dijo...

Mirarse en el espejo y decirse deslumbrada: qué misteriosa soy. Soy tan delicada y fuerte. Y la curva de los labios conservó la inocencia.

No hay hombre ni mujer que no se haya mirado en el espejo y no se haya sorprendido consigo mismo. Por una fracción de segundo nos vemos como un objeto a observar. A esto lo llamarían tal vez narcisismo, pero yo lo llamaría: alegría de ser. Alegría de encontrar en la figura exterior los ecos de la figura interna: ah, entonces es cierto que no me imaginé, yo existo.

(CLARICE LISPECTOR)

cajón desastre dijo...

"Hojas de hierba" al fin completo, luego de treinta y tres años de rastrillarlo, en todos los tiempos y humores de mi vida, con mal tiempo y con bueno, en todas partes de la tierra, en paz y en guerra, joven y anciano".

(WHITMAN)