zUmO dE pOeSíA

zUmO dE pOeSíA
de todos los colores, de todos los sabores

ALEATORIUM: Saca un poema de nuestro almacén

Ver una entrada al azar

domingo, 27 de septiembre de 2020

Así siento caer (por Ada Negri)

 

La rosa blanca, sola en una copa


de vidrio, en el silencio se deshoja


y no sabe que muere y que la miro


morir. Uno tras otro se desprenden


los pétalos; intactos, impolutos.


Uno al lado del otro, con un toque


leve, se van posando y se quedan, dispuestos


por si un prodigio los reanima y los


devuelve, aún vivos, cándidos aún,


al tallo despojado. Así siento caer


sobre mi corazón los días de mi tiempo


fugaz: intactos; y el corazón quisiera,


y no puede, volver a componerlos


en una rosa nueva, sobre un tallo más alto.


4 comentarios:

Lloviendo amares dijo...

EROSIÓN DEL PASADO

Un amigo me revela negligentemente, como si de nada se tratara, algo que ocurrió hace años, muchos años y de pronto siento dentro de mí un derrumbe de galerías. Zonas íntegras de mi pasado se hunden, se anegan o se trasfiguran. Esto me sirve para comprobar que no somos dueños de nada, ni siquiera de nuestro pasado. Todo lo que hemos vivido y que tendemos a considerar como una adquisición definitiva, inmutable, está constantemente amenazada por nuestro presente, por nuestro futuro. La maravillosa historia de amor, que guardábamos en un sarcófago de nuestra memoria y que visitábamos de cuando en cuando para buscar en ella un poco de orgullo, de ánimo, de calor o de consuelo, puede reducirse a polvo por la carta que hallamos en un libro viejo el día en que mudamos de lugar la biblioteca. Una puta nos revela una noche que el padre venerado, que permanecía hasta tarde en la oficina para ganar más y mantener con holgura a su familia, frecuentaba a esa misma hora los prostíbulos más abyectos de la ciudad. Por un azar descubrimos que el amigo adulto que admirábamos de niños, porque era con nosotros tan generoso y tan asiduo, era un pederasta que nos hacía astutamente la corte con el propósito de corrompernos. Pero no todo se deteriora en esta permanente erosión del pasado. También las épocas sombrías se iluminan. Así, la abuela que odiábamos y que llenó de rencor nuestra infancia por su severidad, su malhumor, sus caprichos, era en realidad una mujer buenísima, que sufría un mal incurable y que repartía prospectos de madrugada en las casas para poder con su salario comprarnos caramelos. En suma, nada hemos adquirido, ni paz, ni gloria, ni dolor, ni desdicha. Cada instante nos hace otros, no solo porque se añade a lo que somos, sino porque determinará lo que seremos. Solo podremos saber lo que éramos cundo ya nada pueda afectarnos, cuando -como decía alguien- el cuadro quede colgado en la pared.

(Julio Ramón Ribeyro)

caZa de citas dijo...

Por más tiempo que yo viva, nunca tendré la edad de mi madre.

(CÉSAR VALLEJO)

TóTUM REVOLùTUM dijo...

Cualquiera puede hacer profecías, pero muy pocas personas pueden decir qué es lo que está ocurriendo en el presente.

(RAMÓN EDER)

ORáKULO dijo...

Contar las penas duele. No contarlas duele más.a