No te puedo contar como a las frutas,
las monedas,
los barcos…,
ni decir "cuatro kilos",
"dos botellas de ti me llevo a casa".
Nadie logra medirte como el largo de un puente
o lo ancho de esa calle
o la altura del techo
o los metros cuadrados de una pista de tenis.
No alcanzo a numerarte:
"siete con treinta y seis",
"quinientos dieciocho",
"veinticuatro millones de unidades de ti".
Ninguna cinta métrica,
ningún tacógrafo,
ningún guarismo,
ninguna báscula,
ningún reloj de cuerda
ni de cuarzo
ni atómico
de ti computan nada.
No dejas que te pesen ni te midan
(vete a saber por qué;
puede que porque todo cuanto se cifra es frío,
lo contable es pequeño,
lo medible es banal).
Solamente permites ser sentida;
que se te sienta así, como hoy
te siento.
3 comentarios:
Si la alegría pudiera medirse -como se mide el ruido, o la distancia, o la humedad del aire, o la temperatura-, los niveles más altos de alegría ¿dónde los hallaríamos? .
Medible quiere decir pequeño.
Sólo el placer recíproco es deleite.
(LUCRECIO)
Publicar un comentario