zUmO dE pOeSíA

zUmO dE pOeSíA
de todos los colores, de todos los sabores

ALEATORIUM: Saca un poema de nuestro almacén

Ver una entrada al azar

viernes, 18 de diciembre de 2015

Venecia (por Friedrich Nietzsche)

De pie en el puente
yo el más joven en la noche café.
Hasta aquí desde lo lejos llegó el canto:
Gotas de oro rodaron
sobre la temblorosa superficie.
Góndolas, luces, música
-hongo borracho hacia fuera del atardecer…

Mi alma, un intérprete de cuerdas,
canta. Por eso entona,
invisible y secreta, un canto gondolero,
trepidante de colorida felicidad.
-¿Alguien la escucha?


5 comentarios:

agridulce dijo...

Amigos: el domingo, ni un voto , NI UN VOTO, para Pedro Sánchez.

Anónimo dijo...

El Psoe debe sufrir una hecatombe para iniciar una refundación general. Es la única manera.

hAiKu dijo...

Las banderillas,
la pica y el estoque
sólo a uno duelen.

(RAFAEL BALDAYA)

TóTUM REVOLÙTUM dijo...

Cuida el orden y el orden te cuidará.

Ignatius Reilly dijo...

Cada vez falta menos, el final se avecina; uno trata de aferrarse vanamente a cada sentencia, a cada párrafo, sintiendo que cada vuelta de página es ya irreversible. No podemos volver atrás. Solo queda avanzar, a tientas o precipitadamente, aunque nos conduzca al vacío.



Finalmente el libro se cierra y con él una parte de nosotros.



Si el libro es bueno seguramente nos ha dejado mucho, pero también hemos dejado mucho en él.



Solo queda respirar profundamente. La sensación de asfixia ha pasado pero rápidamente es sustituída por otras: enojo, quizá, o tristeza, nostalgia, inseguridad.



Por eso terminar de leer un buen libro produce una especie de duelo, una sensación de ausencia, como si te faltara algo: un dolor exquisito justamente porque el placer también forma parte de él.