zUmO dE pOeSíA

zUmO dE pOeSíA
de todos los colores, de todos los sabores

ALEATORIUM: Saca un poema de nuestro almacén

Ver una entrada al azar

sábado, 20 de junio de 2020

Mientras me lavaba las manos (por Isidro Saiz de Marco)


Claro está que no soy el primero ni el último
que se aquieta,
se abstiene,
deja hacer.
Pero antes de mí nadie lo exhibió de este modo,
y creo que después nadie lo hará.

Mucha gente quería ejecutar a un hombre.
Me lo llevaron preso para que lo juzgase.
Yo no encontré motivos para crucificarlo.
Pero insistieron tanto que tuve miedo
de un tumulto o revuelta,
algo que provocara que me destituyesen.
No iba a arriesgar el cargo
sólo para evitar una injusticia.

Así que a fin de cuentas dejé que lo mataran.

Pero antes hice traer un barreño con agua
y en él
públicamente,
casi ostentosamente,
lavé mis manos.

"Yo no mando matarlo, tan solo lo consiento"
-quise mostrar a todos.

"Mis manos están limpias"
(pero no, no lo estaban)
-es lo que proclamé.

Mientras me lavaba las manos,
aquel hombre inocente miraba lo que hacía.
A veces me pregunto
qué pensó.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Ponzio

Sandra Gavrilich dijo...

Es el único nombre histórico que aparece en el credo: "padeció bajo el poder de Poncio Pilatos"

Isidoro Capdepón dijo...


El romano imperialista
puñetero y desalmado
que lavándose las manos
quiso borrar el error

(de la Misa Campesina)

TóTUM REVOLùTUM dijo...

Me gusta andar de noche las ciudades desiertas,
cuando los propios pasos se oyen en el silencio.
Sentirse andar, a solas, por entre lo dormido,
es sentir que se pasa por entre un mundo inmenso.

Todo cobra relieve: una ventana abierta,
una luz, una pausa, un suspiro, una sombra...
Las calles son más largas, el tiempo también crece.

¡Yo alcancé a vivir siglos andando
algunas horas!

(CONCHA MÉNDEZ)