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miércoles, 8 de julio de 2020

Una canción en la tormenta (por Rudyard Kipling)


Asegúrate bien de que a tu lado peleen
los océanos eternos, aunque esta noche
el viento en contra y las mareas
nos hagan su juguete.
A fuerza de tiempo, no de guerra,
nos guiamos en medio del peligro:
sea bienvenida entonces la descortesía del Destino
dondequiera que aparezca
en todo tiempo de angustia y también
en el de nuestra salvación.
El juego siempre vence al jugador
y el barco a su tripulación.

De la bruma salen rumbo a la tiniebla
las olas que brillan y se encrespan.
Estas aguas sin conciencia se comportan
casi como si tuvieran alma,
casi como si hubieran pactado sumergir
nuestra bandera debajo de sus aguas verdes:
sea bienvenida entonces la descortesía del Destino
dondequiera que sea vista.

Asegúrate bien, a pesar de que las olas y el viento
que soplará guardan ráfagas aún más poderosas,
de que los que cumplimos las guardias asignadas
no descuidemos ni por un instante la vigilancia.
Y mientras nuestra proa rechaza flotando
cada carrera frustrada de las olas,
canta “Sea bienvenida la descortesía del Destino
dondequiera que se revele”.

No importa que la cubierta sea barrida
y se rompan la arboladura, el maderamen.
Podremos sacar provecho de cualquier pérdida
salvo de la pérdida del regreso.
Por eso, entre estos diablos y nuestra astucia
deja que la cortesía de las trompetas suene,
y sea bienvenida la descortesía del Destino
dondequiera que se halle.

Asegúrate bien, aunque en nuestro poder
no quede nada para dar
salvo lugar y fecha para encontrar el fin,
y deja de esforzarte por vivir,
que hasta que éstos se disuelvan, nuestra Orden se mantiene,
nuestro Servicio nos ata a esto.
Sea bienvenida entonces la descortesía del Destino
dondequiera que aparezca,
en todo tiempo de angustia y también
en el de nuestro triunfo.
El juego siempre vence al jugador
y el barco a su tripulación.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

El todo siempre vence a la parte.

M.H dijo...

Muy bueno, muy potente , resulta muy original " la descortesia del destino ", desconocía que Kipling perdió a un hijo de 18 años en la primera guerra mundial , aunque sabía que habían editado su esquela estando aún vivo , nunca había leído un poema de Kipling , es un grande .