Gracias te doy, corazón mío,
por no quejarte, por ir y venir
sin premios, sin halagos,
por diligencia innata.
Tienes setenta merecimientos por minuto.
Cada una de tus sístoles
es como empujar una barca
hacia alta mar
para viajar alrededor del mundo.
Gracias te doy, corazón mío,
porque una y otra vez
me extraes del todo,
y sigo separada hasta en el sueño.
Cuidas de que no me sueñe al vuelo,
y hasta el extremo de un vuelo
para el que no se necesitan alas.
Gracias te doy, corazón mío,
por haberme despertado de nuevo,
y aunque es domingo,
día de descanso,
bajo mis costillas
continúa el movimiento de un día laboral.
5 comentarios:
Me hubiera encantado haber conocido una mujer como Wislawa , esta muy por encima de todos esos tristes poetas que nos amuerman desde cualquier posición,
Ni una mácula de hortera o cursi , la mejor de la tribu
aquí la leí por primera vez , os lo debo.
El victorioso tiene muchos amigos. El vencido, buenos amigos.
(proverbio bielorruso)
La música me redime de las matemáticas que no sé, de los idiomas que no hablo, de lo espiritual que no soy.
(GARCÍA-MÁIQUEZ)
Suenan disparos.
Ante el televisor
duerme un anciano.
(SUSANA BENET)
Si tu intención es describir la verdad, hazlo con sencillez y la elegancia déjasela al sastre.
(EINSTEIN)
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