sábado, 25 de octubre de 2014
Sustracción (por Gemma Gorga)
Pesaban el cuerpo unos minutos antes de morir.
Pesaban el mismo cuerpo unos minutos después de morir.
Una simple sustracción matemática
debía indicarles el peso del alma.
Pienso en ello, ahora,
mientras sostengo el libro nuevo entre las manos,
las palabras todavía untuosas
como las plumas de un pájaro recién nacido.
Y me pregunto si, una vez leído,
también pesará menos.
Como un cuerpo cuando pierde el alma.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
10 comentarios:
La insignificancia, amigo mío, es la esencia de la existencia. Está con nosotros en todas partes y en todo momento. Está presente incluso cuando no se la quiere ver: en el horror, en las luchas sangrientas, en las peores desgracias. Se necesita con frecuencia mucho valor para reconocerla en condiciones tan drámaticas y para llamarla por su nombre. Pero no se trata tan sólo de reconocerla, hay que amar la insignificancia, hay que aprender a amarla. Aquí en este parque, ante nosotros, mira, amigo mío, está presente con toda su evidencia, toda su inocencia, toda su belleza. Sí, su belleza. Como has dicho tú mismo, la animación es perfecta, y totalmente inútil, los niños ríen, sin saber por qué, ¿ acaso no es hermoso? Respira, D'Ardelo amigo mío, respira esta insignificancia que nos rodea, es la clave de la sabiduría, es la clave del buen humor.
(KUNDERA)
No llores, corazón mío,
que lo que ha sido y no es,
como si no hubiera sido.
Hombre perezoso, por no dar un paso al final da ocho.
Cuando atravieses el río no maldigas a la madre del caimán.
(proverbio dominicano)
Todo hombre paga su grandeza con muchas pequeñeces, su victoria con muchas derrotas, su riqueza con múltiples quiebras.
(PAPINI)
Aquí tienes a tu amante
a la ventana clavado,
si le quieres de verdad
sal y arráncale los clavos.
Escribir aforismos es una descortesía: priva al lector del placer de subrayar, en un texto mayor, las oraciones brillantes.
(RIVERO TARAVILLO)
Si quieres ser buena suegra
y de tu nuera alabada,
ten la bolsa bien abierta
y la boca bien cerrada.
Todos los hombres se entenderían bien sin las palabras mío y tuyo.
(proverbio húngaro)
Quien tenga buen asiento, no haga movimiento.
Publicar un comentario