Nadie representaría este sol sábado tarde
como un tigre con la boca llena de fuego,
ni como una bombilla grande, ni siquiera
los párvulos de la escuela, tan pequeños.
Este sábado el sol es una bolsa, por la tarde,
con muchas campanillas y caramelos dentro;
sus rayos bisbean en el cielo, al girar,
como los radios de una bicicleta nueva.
Y las chimeneas de las fábricas duermen,
la gente charla de fútbol, la ropa blanca
flota en los tendederos de las ventanas;
(Y Ainhoa se pasea por estas dulces calles
con un vestido de vainilla y fresa)
6 comentarios:
El dulzor cotidiano de la vida, que no saboreamos a causa de nuestro vinagrismo habitual. El sol en el cielo, las calles con gente y el día libre. ¿Qué otra cosa podríamos necesitar para ser felices?
¿Por qué me miras tan serio, carretero?
Tienes cuatro mulas tordas,
un caballo delantero,
un carro de ruedas verdes
y la carretera toda para ti,
carretero.
¿Qué más quieres?
(ALBERTI)
Has de aprender a gatear antes de a andar.
(proverbio danés)
Tu madre tuvo la culpa
por dejar la puerta abierta,
y yo por meterme dentro,
y tú por estarte quieta.
Ni en Nueva York
ni en Washington estuvo
nunca Colón.
(CUQUI COVALEDA)
Quién sabe qué cosa de nosotros dos,
de ti,
recuerdo,
que quizá tú no recuerdas ya;
quién sabe qué cosa de nosotros dos,
de mí,
hace tiempo en mí se perdió
y en ti perdura.
(PIETRO DE MARCHI)
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