A veces, observando a la gente ambulante
por los lentos pasillos del Museo del Prado
no puedo contenerme, y me pongo a su lado
para saber qué opina –con un gesto pedante-
de un conde, un santo, un dios, o de un perro elegante.
son esos comentarios del niño malhablado
al mirar a una venus desnuda por delante.
Cuando esa gente huye y en la misma salida
afirma ciegamente haberlo visto todo,
no haber dejado atrás ni una sala olvidada,
me entristezco pensando que hay quien deja la vida
jactándose saciada de eso mismo, de modo
que mirándolo todo no han contemplado nada.
2 comentarios:
Aléjate de mí,
no quiero que me quieras:
yo soy otoño gris
y tú eres primavera.
Tú llevas en tu ser
pureza de a de veras,
en cambio yo me pierdo
por cualquiera.
Aléjate de mí,
yo en nada te convengo:
mi mundo de ilusión
es todo lo que tengo.
Infiel en el amor
-lo traigo de abolengo-,
rompiendo corazones
me entretengo.
Yo todo lo que tengo
lo doy por las damas
y nunca me entretengo
en ver si me aman.
Les doy mi corazón
tan solo una semana
y luego sin rencores
las dejo que se vayan.
Me quito la camisa
por un buen amigo:
hoy vivo millonario
y mañana mendigo.
Mi dicha o mi dolor
a nadie se los digo
por eso nadie sabe
cuándo estoy gozando
y cuándo estoy herido.
Bohemio de afición,
amigo de las farras,
de noche mi timón
navega sin amarras.
El antro de lo peor
me atrapa entre sus garras
si hay vino,
si hay mujeres,
si hay guitarras...
Se hace dificil creer que nosotros -los terrícolas humanos- seamos lo máximo que, en cuestión de consciencia, de percepción, de inteligencia..., el universo ha podido dar de sí.
(RAFAEL BALDAYA)
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