viernes, 27 de noviembre de 2009
Arriba, hermano hombre (por Miguel Labordeta)
¡Arriba hermano hombre!
¡Arriba sobre tus sueños de alegría despedazada!
Como un rayo asesinas las nadas circundantes
y en un poco de sangre ilusionas tus dones fracasados.
Todo es cielo en silencio. Tú sólo ruges.
Tú sólo ríes. Tú sólo lloras sobre el mar.
Nace la primavera otra vez para ti.
Y para que tú los venzas
se han hecho los abismos que en cada vida se crean
y las noches terribles
en que una vez desolada
nos advierte para siempre
que nada importa ya.
¡Arriba esa mirada eterna
que desafía océanos impávidos de estrellas
y es capaz de enfrentarse
cara a cara
con la sorpresa de existir
en el inocente vértigo del tiempo!
¡Todo es quimera en torno!
¡Todo es un tigre merendando
entre tumbas y olvido y viento y nubes!
Pero tu relámpago abrasa las colinas
y es tu testuz altiva
como mundos de asombro
la exacta demostración dolorosa
de que el infierno se ha hecho para ti.
Y para que tú la violes sagradamente
he ahí a la vida esperando tus puños y tus besos,
y estelares nacientes prometidas
surcando tu viejo corazón de niño navegante
entre horas sin cerco y horas derruidas y amarguras proféticas
moldeando en sollozos la aurora de dioses.
Triste es el fondo de tus ruinas. Pero un buzo celeste
tú: hombre hermano maldito,
minero de ternura, luchador sanguinario,
sin una meta fija en las noches ardientes,
marcha, busca, acaricia, mata,
ávido de esplendores dice la palabra
y la tierra sabe de un sentido como espada
y ya no es tan ciego el girar de los soles.
¡Arriba sobre tus sueños de alegría despedazada!
Como un rayo asesinas las nadas circundantes
y en un poco de sangre ilusionas tus dones fracasados.
Todo es cielo en silencio. Tú sólo ruges.
Tú sólo ríes. Tú sólo lloras sobre el mar.
Nace la primavera otra vez para ti.
Y para que tú los venzas
se han hecho los abismos que en cada vida se crean
y las noches terribles
en que una vez desolada
nos advierte para siempre
que nada importa ya.
¡Arriba esa mirada eterna
que desafía océanos impávidos de estrellas
y es capaz de enfrentarse
cara a cara
con la sorpresa de existir
en el inocente vértigo del tiempo!
¡Todo es quimera en torno!
¡Todo es un tigre merendando
entre tumbas y olvido y viento y nubes!
Pero tu relámpago abrasa las colinas
y es tu testuz altiva
como mundos de asombro
la exacta demostración dolorosa
de que el infierno se ha hecho para ti.
Y para que tú la violes sagradamente
he ahí a la vida esperando tus puños y tus besos,
y estelares nacientes prometidas
surcando tu viejo corazón de niño navegante
entre horas sin cerco y horas derruidas y amarguras proféticas
moldeando en sollozos la aurora de dioses.
Triste es el fondo de tus ruinas. Pero un buzo celeste
tú: hombre hermano maldito,
minero de ternura, luchador sanguinario,
sin una meta fija en las noches ardientes,
marcha, busca, acaricia, mata,
ávido de esplendores dice la palabra
y la tierra sabe de un sentido como espada
y ya no es tan ciego el girar de los soles.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
10 comentarios:
Las cosas que más importan no son generalmente las que más interesan.
Yo también me casaría
si la vida de casado
fuese como el primer día.
Tenemos que quedar un día para tomar un café y mirar cada uno nuestros móviles.
Los datos no se discuten, los datos se comprueban.
¿Será que el amor es ciego
o será tan perspicaz
que al mirar a quien se ama
ve allí lo que nadie más?
Volviendo a casa
a solas en un taxi,
la luna blanca.
(SUSANA BENET)
Amor que no respeta, daña más que hace bien.
(proverbio húngaro)
Cuando estabas, las flores llenaban la casa.
Y al irte dejaste el lecho vacío.
La manta doblada, bordada, permanece intacta.
Tres años ya han transcurrido
pero tu fragancia no se disipa.
¿Dónde estarás, amor mío?
Te añoro, y de los árboles caen hojas amarillas.
Lloro, y sobre el musgo brilla el rocío.
(LI PO)
Media verdad es mentira y media.
Amor : Enfermedad pasajera curable mediante el matrimonio, o alejando al paciente de las influencias bajo las cuales ha contraído el mal. Esta enfermedad, como las caries y muchas otras, sólo se expande entre las razas civilizadas que viven en condiciones artificiales; las naciones bárbaras, que respiran el aire puro y comen alimentos sencillos, son inmunes a su devastación.
(BIERCE)
Publicar un comentario