zUmO dE pOeSíA

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de todos los colores, de todos los sabores

ALEATORIUM: Saca un poema de nuestro almacén

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miércoles, 31 de agosto de 2011

Éste es otro cantar (por Carlos Marzal)

éste es otro cantar:
el que yo canto
y no acaba de ser el canto mío.
Se dice en esta voz
pero es un préstamo. Por tanta intimidad
ya no es de nadie.
Ni sé cantar, ni sé,
pero me basta
el desentono propio en que murmuro.
Si otro gallo cantara, ¿yo qué haría?
¿Cómo iba a darle sed a esta agua muda?
Escucho mi canción y la obedezco.
La canto a mi dolor, y así se espanta.
Qué bien me satisfago
con este no estar siempre en mis cabales.
Tiempo habrá de venir de ser ninguno.
Vendrá un tiempo después,
no tengo duda.

martes, 30 de agosto de 2011

La esperanza (por Gerardo Diego)

¿Quién dijo que se agotan la curva, el oro, el deseo,
el legítimo sonido de la luna sobre el mármol
y el perfecto plisado de los élitros
del cine cuando ejerce su tierno protectorado?
Registrad mi bolsillo.
Encontraréis en él plumas en virtud de pájaro,
migas en busca de pan, dioses apolillados,
palabras de amor eterno sin
carta de aterrizaje
y la escondida senda de las olas.

lunes, 29 de agosto de 2011

Reloj (por Luzmaría Jiménez)

Reloj: Alimaña con ejes, rubíes, espirales y hasta
con un tic-tac de corazón; mas no percibe
nunca los sonidos del alma.
Horas: Brazadas de palomas en vuelo. Bisturíes
cortando las cintas plateadas del tacto y
de la carne. Miel rezagada que cae sobre los muslos. Negrura atormentada de las noches. Té de las cinco. Damas que te reflejan en los espejos cóncavos y en los
convexos. Monjas sobre reclinatorios. Lenguas bisexuales. Rasos y tules para vestir tu boda. Vientres encinta y en silencio. Babosas empedrando los ojos y
la piel. Procesión de las ánimas. Fragua
de sueños y de huellas. Garantía de origen.
A los pies, toda mansedumbre, se tiende la alimaña
y simplemente espera.

domingo, 28 de agosto de 2011

No, la verdad no (por Fernando Pessoa)

En la calle llena de sol vago hay casas detenidas y gente que
camina.
Una tristeza llena de pavor me atraviesa.
Presiento un suceso más allá de las fachadas y de los movimientos.
¡No, no, eso no!
¡Todo menos saber lo que es el Misterio!
¡Superficie del universo, oh párpados descendidos,
no os alcéis nunca!
¡La mirada de la Verdad Final no debe poder soportarse!
¡Dejadme vivir sin saber nada, y morir sin saber nada!
La razón de que haya ser, la razón de que haya seres, de que haya todo,
debe traer una locura mayor que los espacios
entre las almas y entre las estrellas.
¡No, no, la verdad no! Dejadme estas casas y esta gente;
tal cual, sin nada más, estas casas y esta gente...
¿Qué aliento horrible y frío toca mis ojos cerrados?
¡No los quiero abrir a la vida! ¡Oh Verdad, olvídate de mí!

sábado, 27 de agosto de 2011

Porque hoy te eché de menos (por Ben Clark)

Te escribo este poema (que es de amor)
porque llevo unas horas tanteando
otros temas (cuestiones sin remedio):
la belleza perdida;
la infancia descuajada; la tristeza sin nombre ni motivo.
Pero estas cosas hoy no me interesan.
Hoy sólo sé escribirte este poema.
Porque hoy te eché de menos y tú estabas
en París o en Orlando o en una calle
paralela a la mía eso no importa.
El caso es que no estabas cuando dije
‘Todo admite cien mil puntos de vista
-¿comprendes? No es posible estar seguro-
pero si tú estuvieras frente a mí, ahora, si estuvieras,
sería más sencillo terminar
de una vez (como fuera) este poema'.
Sería más hermoso no escribir.

viernes, 26 de agosto de 2011

Veo a mi padre (por Fabio Morábito)

Veo a mi padre asomado a la ventana.
Sentado en el suelo del cuarto,
miro su espalda ancha. Aún no camino.
Qué hermoso es un padre
cuando, asomado a una ventana,
su espalda se recorta para el hijo.
Le deja impreso su mejor recuerdo.
Padre que encara el mundo,
primera puerta que nos da la infancia,
primer atisbo de que no todo es pecho.

jueves, 25 de agosto de 2011

Acabó el amor (por Vicente Aleixandre)

¿Por qué, por qué llorar? Acabó el amor.
Dime tendida tu secreto. Ya no amas.
Calla. Tendida constas como un río parado.
Azul, tranquilo, el cielo sobre tus ojos consta.
Consta el aire elevado, sus templados destellos.
La vida quieta consta tranquilamente exacta.
Yo, reclinado en tierra de un verdor sin espuma,
transcurro, leve, apenas, como la hierba misma.
Nada llena los aires; las nubes, con sus límites,
derivan. Con sus límites, los pájaros se alejan.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Tiempo devorador (por William Shakespeare)

Merma, voraz, las garras del león;
haz que la tierra acabe con sus brotes;
arranca, Tiempo, al tigre sus colmillos;
quema en su sangre al fénix milenario.
Trae estaciones tristes o gozosas
y aquello, Tiempo alado, que prefieras
sobre este mundo de dulzuras breves.
Pero un crimen atroz quiero prohibirte:
no cinceles la frente de mi amada
ni con tu vieja pluma la dibujes;
permite que tu curso no lo dañe,
espejo perdurable de hermosura.
O ensáñate si quieres, Tiempo anciano:
mi amor será en mi verso siempre joven.

martes, 23 de agosto de 2011

Límites (por Juan Gelman)

¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí la sed,
hasta aquí el agua?
¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el aire,
hasta aquí el fuego?
¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el amor,
hasta aquí el odio?
¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el hombre,
hasta aquí no?
Sólo la esperanza tiene las rodillas nítidas.
Sangran.

lunes, 22 de agosto de 2011

Tentaciones (por Hilario Barrero)

El invierno pronuncia tu otro nombre
y comienza el deshielo.
Aventuras el miedo, tienes frío,
atraviesas los primeros abrazos,
reconoces la cuesta, los rostros y la curva,
traduces la inscripción,
resuelves el enigma de la piel y,
liberando la tela metálica de la serpiente
que oscurece la transparencia de tu infancia,
el paisaje recobra su dimensión real:
dueño de tu mirada te ciega los sentidos
y te ofrece el amargo sabor de la maleza,
desde su oscuridad sonora
crecen voces que suben hasta el valle iluminado.
Huye y mírate en el frío tabique del lago,
recuerda su perfil,
apriétate el cilicio del deseo,
enséñale la llave al vigilante,
no olvides la consigna,
vuelve a casa y lávate las manos.
Bien tú sabes que has de volver mañana.

domingo, 21 de agosto de 2011

Hay un himno (por Vicente Gallego)

Hay un himno en la noche más oscura
que no todos consiguen entender;
pero no hay que entenderlo: el himno suena.
Hay un himno en el grito, en el dolor;
sus desgarradas notas
se escuchan en el baile de los huesos,
en el pico del buitre y en las vigas
del hogar destruido.
Hay un canto sutil en la barbarie,
un salvaje concierto en la agonía,
un compás obstinado en el terror.
Hay un coro triunfal
que no apaga la muerte, porque siguen cantando
en él las voces secas de los muertos.
Hay un himno en la vida que es la vida,
su terca pervivencia más allá de nosotros,
el desolado acorde estremecido
de un cielo imperturbable que contempla
la sucesión precisa de la fiesta y el luto.
Hay un himno en el caos, y hay después
ese salmo que clama por el mundo
desde el alma arrasada de nuestro mundo exhausto.
No es sencillo entenderlo: el himno suena
sin contar con nosotros, en el centro sin luz
del extraño destino de la carne.
Dichoso el que en su noche,
rodeado de frío y de tinieblas,
cierra con fe los ojos y es capaz de escucharlo.

sábado, 20 de agosto de 2011

Qué hará ese (por Muñoz Rojas)

Qué hará ese en medio del campo,
escribiendo en medio del campo,
que ha parado su coche
y se ha puesto a escribir.
Ése, que a lo mejor soy yo,
a lo mejor trataba
de contar el sentimiento
de esta tarde tan bella.
Como se sabe, inútilmente.

viernes, 19 de agosto de 2011

Canción del carcelero (por Jacques Prévert)

Dónde vas buen carcelero
con esa llave manchada de sangre
Voy a liberar a la que amo
si aún queda tiempo
y a la que encerré
tiernamente cruelmente
en lo más secreto de mi deseo
en lo más profundo de mi tormento
en las mentiras del porvenir
en las idioteces de los juramentos
Voy a soltarla
quiero que sea libre
incluso para olvidarme
incluso para irse
incluso para volver
y aun para amarme
o amar a otro
si otro le gusta
Y si me quedo solo
y ella se marchó
guardaré solamente
guardaré siempre
en mis dos manos cruzadas
hasta el fin de mis días
la dulzura de sus senos modelados por el amor.

jueves, 18 de agosto de 2011

Todo va a dormir (por Fernando Pessoa)

Comienza a haber medianoche, a haber sosiego
en cada parte de las cosas superpuestas,
los varios pisos que acumulan vida.
Han acallado el piano del tercero...
Ya no oigo los pasos del segundo...
En el entresuelo la radio está en silencio...

Todo va a dormir.

Me quedo a solas conmigo y con el universo entero.
No quiero asomarme a la ventana:
Si mirara, ¡cuántas estrellas!
¡Qué grandes silencios mayores en lo alto!
¡Qué anticiudadano cielo!
Prefiero, recluido
en el deseo de no ser recluso,
escuchar, anhelante, los ruidos de la calle...
un automóvil -¡demasiado deprisa!-.
Los dobles pasos, dialogando, me hablan…
El ruido del portal que cierran bruscamente duele …

Todo va a dormir...

Sólo yo velo, somnoliento, escuchando,
esperando,
algo antes de dormir...
Algo.

miércoles, 17 de agosto de 2011

¿Quién soportaría? (por León Felipe)

Qué pena si este camino fuera de muchísimas leguas
y siempre se repitieran los mismos pueblos, las mismas ventas,
los mismos rebaños, las mismas recuas.
Qué pena si esta vida tuviera -esta vida nuestra-
mil años de existencia.
¿Quién la haría hasta el fin llevadera?
¿Quién la soportaría toda sin protesta?
¿Quién lee diez siglos en la Historia y no la cierra
al ver las mismas cosas siempre con distinta fecha?
Los mismos hombres, las mismas guerras,
los mismos tiranos, las mismas cadenas,
los mismos farsantes, las mismas sectas
y los mismos poetas.
Qué pena, que sea así todo siempre,
siempre de la misma manera.

martes, 16 de agosto de 2011

Peldaños (por Saiz de Marco)

La escalera por la que andan los hombres está llena de
peldaños partidos.
La escalera por la que andan los hombres tiene hendiduras
abiertas por flechas.
Tiene agujeros con forma de bala.
Cuando ya han subido algunos escalones,
se desploma el suelo
y tienen que empezar.
A algunos se les vio por la escalera
chocando unos con otros,
al mismo tiempo subiendo y bajando.
Hay escalones curvados que acaban
más abajo de donde partían.
Hay escalones escurridizos
en los que es fácil resbalar.
Hay escalones que ceden al peso
de los hombres que por ellos ascienden.
Los hombres recomponen la escalera
y más tarde ellos mismos la deshacen.
La escalera que pisan los hombres
se parece a aquel sendero plano que
a lo lejos
se funde en la niebla.
Un millón de años llevan transitándola
y aún están en los primeros escalones
subiendo torpemente,
tambaleándose,
haciendo equilibrios para no caerse.

lunes, 15 de agosto de 2011

Puedes suponer que sigue (por Darío Jaramillo)

Si un amigo vive en otra ciudad y se te muere,
poco importa.
Puedes suponer que sigue lejos, ausente,
que se fue de viaje,
que aún te quiere a pesar de que no escribe
y de que no volvió a llamar.
Pero que sigue trabajando y te recuerda.
Los conocidos lo darán por muerto
pero nunca tendrán un cadáver que sirva como prueba.
Los amigos se extinguen, desaparecen, vuelan. Son eternos.

domingo, 14 de agosto de 2011

Una isla desierta (por Muñoz Rojas)

Alguien me ha hablado
de una isla desierta y yo le he dicho:
¿pero existe una isla desierta?
Claro que en el mundo existen
muchas islas desiertas, es decir,
espacios rodeados de almas
por todas partes que son las aguas,
aunque desierto e isla son términos
imposibles, sobre todo si se piensa
que el amor no tiene refugio
más que en lo hondo de cada uno,
que es lo que le dije cuando me dijo
aquello de la isla desierta.
Y es sabido que cada uno
lleva dentro su isla desierta
y cuando llegas a verla, no está,
y te encuentras que la llevas contigo
donde vayas, esa isla desierta
que somos cada uno de nosotros,
rodeada de nosotros por todas partes,
de manera que no hay manera de llegar.

sábado, 13 de agosto de 2011

Tu vida (por Charles Bukowski)

Tu vida es tu vida
no dejes que sea golpeada contra la húmeda sumisión
mantente alerta
hay salidas
hay una luz en algún lugar
puede que no sea mucha luz pero
vence a la oscuridad
mantente alerta
los dioses te ofrecerán oportunidades
conócelas
tómalas
no puedes vencer a la muerte pero
puedes vencer a la muerte en la vida, a veces
y mientras más a menudo aprendas a hacerlo
más luz habrá
tu vida es tu vida
conócela mientras la tengas
tú eres maravilloso
los dioses esperan para deleitarse
en ti.

viernes, 12 de agosto de 2011

No rechaces los sueños (por Pedro Salinas)

No rechaces los sueños por ser sueños.
Todos los sueños pueden ser realidad,
si el sueño no se acaba.
La realidad es un sueño.
Si soñamos que la piedra es la piedra,
eso es la piedra.
Lo que corre en los ríos no es un agua,
es un soñar, el agua, cristalino.
La realidad disfraza su propio sueño, y dice:
«Yo soy el sol, los cielos, el amor.»
Pero nunca se va, nunca se pasa
si fingimos creer que es más que un sueño.
Y vivimos soñándola.
Soñar es el modo que el alma tiene
para que nunca se le escape lo que se escaparía
si dejamos de soñar que es verdad lo que no existe.
Sólo muere un amor que ha dejado de soñarse
hecho materia y que se busca en tierra.

jueves, 11 de agosto de 2011

No estarás (por Julio Cortázar)

Y sé muy bien que no estarás.
No estarás en la calle,
en el murmullo que brota de noche
de los postes de alumbrado,
ni en el gesto de elegir el menú,
ni en la sonrisa que alivia
los completos de los subtes,
ni en los libros prestados
ni en el hasta mañana.
No estarás en mis sueños,
en el destino original
de mis palabras,
ni en una cifra telefónica estarás
o en el color de un par de guantes
o una blusa.
Me enojaré amor mío,
sin que sea por ti,
y compraré bombones
pero no para ti,
me pararé en la esquina
a la que no vendrás,
y diré las palabras que se dicen
y comeré las cosas que se comen
y soñaré las cosas que se sueñan
y sé muy bien que no estarás,
ni aquí adentro, la cárcel
donde aún te retengo,
ni allí fuera, este río de calles
y de puentes.
No estarás para nada,
no serás ni recuerdo,
y cuando piense en ti
pensaré un pensamiento
que oscuramente
trata de acordarse de ti.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Ellos rompen el mundo (por Boris Vian)

Ellos rompen el mundo
En pequeños trocitos
Ellos rompen el mundo
A golpe de martillo
Pero a mí me da lo mismo
Me da lo mismo
Bastante queda para mí
Me queda bastante
Me basta con amar
Una plumita azul
Un camino de arena
Y un pájaro perezoso
Me basta con amar
Una delgada brizna de hierba
Una gota de rocío
Y un grillo del monte
Ellos pueden romper el mundo
En pequeños trocitos
Bastante queda para mí
Me queda bastante
Tendré siempre un poco de aire
Un hilillo de vida
En el ojo algo de luz
Y el viento en las ortigas
E incluso, incluso
Si me meten en la cárcel
Bastante queda para mí
Me queda bastante
Me basta con amar
Esta piedra pulida
Estos ganchos de hierro
Donde queda un poco de sangre
La quiero y la quiero
A la tabla de mi cama dura
Al jergón y a la armadura
Y el polvo en el sol
Me gusta el ventanillo abierto
Y los hombres que entran
Que avanzan, que me llevan
De nuevo a la vida del mundo
Y a encontrar el color
Me gustan esos largos montantes
Ese cuchillo triangular
Esos señores negramente vestidos
Es mi día y estoy orgulloso
Lo quiero y me gusta
Esa panera llena de ruido
Donde poso mi cabeza
Oh, sí, la quiero convencido
Me basta con amar
Una brizna de hierba
Una gota de rocío
Un amor de pájaro perezoso
Ellos rompen el mundo
Con sus pesados martillos
Bastante queda para mí
Queda bastante, corazón mío.

martes, 9 de agosto de 2011

Es imposible callarla (por Federico García Lorca)

Empieza el llanto de la guitarra.
Se rompen las copas de la madrugada.
Es inútil callarla,
es imposible callarla.
Llora por cosas lejanas.
Llora monótona como llora el agua,
como llora el viento sobre la nevada.
Llora flecha sin blanco,
tarde sin mañana
y el primer pájaro muerto
sobre la rama.
Oh guitarra, corazón malherido
por cinco espadas.

lunes, 8 de agosto de 2011

La pantera (por Jorge Luis Borges)

Tras los fuertes barrotes la pantera
repetirá el monótono camino
que es (pero no lo sabe) su destino
de negra joya, aciaga y prisionera.

Son miles las que pasan y son miles
las que vuelven, pero es una y eterna
la pantera fatal que en su caverna
traza la recta que un eterno Aquiles
traza en el sueño que ha soñado el griego.

No sabe que hay praderas y montañas
de ciervos cuyas trémulas entrañas
deleitarían su apetito ciego.

En vano es vario el orbe. La jornada
que cumple cada cual ya fue fijada.

domingo, 7 de agosto de 2011

Cuando el hombre se extinga (por Ángel González)

Cuando el hombre se extinga,
cuando la estirpe humana al fin se acabe,
todo lo que ha creado
comenzará a agitarse,
a ser de nuevo,
a comportarse libremente
—como
los niños que se quedan
solos en casa
cuando sus padres salen por la noche-.

Héctor conseguirá humillar a Aquiles,
Luzbel volverá a ser lo que era antes,
fornicará Susana con los viejos,
avanzará un gran monte hacia Mahoma.

Cuando el hombre se acabe
—cualquier día—,
un crepitar de polvo y de papeles
proclamará al silencio
la frágil realidad de sus mentiras.

sábado, 6 de agosto de 2011

Blues del cementerio (por Antonio Gamoneda)

Conozco un pueblo, no lo olvidaré,
que tiene un cementerio demasiado grande.
Hay en mi tierra un pueblo sin ventura
porque el cementerio es demasiado grande.
Sólo hay cuarenta almas en el pueblo.
No sé para qué tanto cementerio.

Cierto año la gente empezó a irse
y en muchas casas no quedaba nadie.
El año que la gente empezó a irse
en muchas casas no quedaba nadie.
Se llevaban los hijos y las camas.
Tenían que matar los animales.

El cementerio ya no tiene puertas
y allí entran y salen las gallinas.
El cementerio ya no tiene puertas
y salen al camino las ortigas.
Parece que saliera el cementerio
a los huertos y a las calles vacías.

Conozco un pueblo. No lo olvidaré.
Ay, en mi tierra sin ventura,
no olvidaré a mi pueblo.

¡Qué mala cosa es haber hecho
un cementerio demasiado grande!

viernes, 5 de agosto de 2011

Tres cerillas (por Jacques Prévert)

Tres cerillas
Tres cerillas encendidas de noche una a una
La primera para ver tu cara entera
La segunda para ver tus ojos
La última para ver tu boca
Y la oscuridad toda entera para recordarlo
abrazándote.

jueves, 4 de agosto de 2011

Cerremos estos ojos (por Mario Benedetti)

Cerremos estos ojos para entrar al misterio
el que acude con gozos y desdichas
así
en esta noche provocada crearemos por fin nuestras propias estrellas
y nuestra hermosa colección de sueños
el pobre mundo seguirá rodando
lejos de nuestros párpados caídos
habrá hurtos abusos fechorías
o sea el espantoso ritmo de las cosas
allá en la calle seguirán los mismos
escaparates de las tentaciones
ah pero nuestros ojos tapados piensan sienten
lo que no pensaron ni sintieron antes
si pasado mañana los abrimos
el corazón acaso se encabrite
así hasta que los párpados
se nos caigan de nuevo
y volvamos al pacto de lo oscuro

miércoles, 3 de agosto de 2011

Un tren que acaso vuelve (por Luis Rosales)

La tarde va a morir; en los caminos
se ciega triste o se detiene un aire
bajo y sin luz. Entre las ramas altas,
mortal, casi vibrante,
queda el último sol. La tierra huele.
Empieza a oler. Las aves
van rompiendo un espejo con su vuelo.
La sombra es el silencio de la tarde.
Te he sentido llorar: no sé a quién lloras.
Hay un humo distante,
un tren que acaso vuelve, mientras dices:
Soy tu propio dolor, déjame amarte.

martes, 2 de agosto de 2011

Sin entender comprendo (por Octavio Paz)

Soy hombre: duro poco
y es enorme la noche.
Pero miro hacia arriba:
las estrellas escriben.
Sin entender comprendo:
también soy escritura
y en este mismo instante
alguien me deletrea.

lunes, 1 de agosto de 2011

Otra vez soy el tiempo que me queda (por Caballero Bonald)

Solícito el silencio se desliza por la mesa nocturna,
rebasa el irrisorio contenido del vaso.
No beberé ya más hasta tan tarde:
otra vez soy el tiempo que me queda.
Detrás de la penumbra yace un cuerpo desnudo
y hay un chorro de música hedionda
dilatando las burbujas del vidrio.
Tan distante como mi juventud
pernocta entre los muebles el amorfo,
el tenaz y oxidado material del deseo.
Qué aviso más penúltimo amagando en las puertas, los grifos, las cortinas.
Qué terror de repente de los timbres.
La botella vacía se parece a mi alma.