miércoles, 16 de enero de 2013
Como a la orilla (por Yorgos Seferis)
He viajado, me he cansado y escrito poco
pero pensé mucho en el regreso, cuarenta años.
El hombre en todas las edades es un niño:
la ternura y la brutalidad de la cuna;
a lo demás le pone límite la mar, como a la orilla,
a nuestro abrazo y al eco de nuestra voz.
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11 comentarios:
Dormí y soñé que la vida era alegría. Desperté y vi que la vida era servicio. Serví y supe que el servicio era alegría.
TAGORE
Quien todo lo quiere, todo lo pierde.
Las penas y preocupaciones que se quieren ahogar en alcohol, saben nadar.
El que tiene su tejado de vidrio, no tire piedras al de su vecino.
Qué gran montaña,
unos encima de otros,
sois mis errores.
(RAFAEL BALDAYA)
El amor es como la luna: cuando no crece, disminuye.
Las gafas, sucias. Así muestran mejor la realidad.
(RIVERO TARAVILLO)
Dos veces al año, dice quien lo sabe,
en Nishapor, donde mi mundo cabe,
florecen las rosas. ¡Que sobre mi sepulcro
ese doble milagro nunca acabe!
(Omar Khayyám / FERNANDO PESSOA)
Cruza la lluvia
-en su elemento- el pato
vuelinadando.
(GARCÍA-MÁIQUEZ)
Era yo una piedra que arrojaron lejos y cayó
Eras tú una piedra que arrojaron lejos, a mi lado
(ZANASIS JATSÓPULOS)
Si la alegría pudiera medirse -como se mide el ruido, o la distancia, o la humedad del aire, o la temperatura-, los niveles más altos de alegría no se encontrarían en los humanos, sino en los animales.
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