sábado, 12 de enero de 2013
Tocan el acordeón (por John Berger)
Las montañas son despiadadas
la lluvia funde la nieve
volverá a helar.
En el café dos extranjeros
tocan el acordeón
y canta la habitación abarrotada de hombres.
Las melodías llenan
los sacos del corazón
los pesebres de los ojos.
Las letras llenan
los establos
que rugen entre los oídos.
La música suprime las papadas
relaja las articulaciones,
la única cura para el reumatismo.
La música limpia las uñas
suaviza las manos
restriega las callosidades.
Una habitación abarrotada de hombres,
venidos del ganado empapado,
del gasoil, de la pala eterna,
acaricia
el aire de una canción de amor
con manos dulces.
Las mías han abandonado los brazos
y están cruzando las montañas
en busca de tus pechos.
En el café dos extranjeros
tocan el acordeón
la lluvia funde la nieve.
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4 comentarios:
No juzgues a un pez por su capacidad de trepar a los árboles.
Cuanto más inteligente es un animal, mayor es también el grado de estupidez relativa que puede alcanzar. De ahí que los humanos se sorprendan tan a menudo de su propia estupidez. La naturaleza no está exenta de cierta ironía.
(HUGO GONZÁLEZ)
Con una cucharada de miel atrapas más moscas que con veinte barriles de vinagre.
(proverbio rumano)
Enséñame,
rehazme
a fondo,
avívame
como quien enciende un fuego.
(RAFAEL CADENAS)
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