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martes, 15 de enero de 2013

Un terror continuo (por Zbigniew Herbert)



Buenas noches Marco Aurelio apaga la luz
y cierra el libro Encima de tu cabeza
se levanta una dorada alarma de estrellas
el cielo habla alguna lengua extranjera
este es el bárbaro grito de miedo
que tu latín no puede entender
un terror continuo un negro terror
contra la frágil tierra humana

empieza a golpear y triunfa Escucha
su rugido El flujo incesante
de los elementos ahogará tu prosa
hasta que se derrumben los cuatro muros del mundo

¿Y para nosotros? -temblar en el aire
soplar las cenizas agitar el éter
roernos los dedos buscar vanas palabras
arrastrar las sombras caídas a nuestras espaldas

Bueno Marco Aurelio mejor cuelga tu paz
a través de las tinieblas dame la mano
Déjala temblar cuando el ciego mundo golpea
en nuestros cinco sentidos como en una lira caída
Traidores el universo y la astronomía
el cálculo de las estrellas la sabiduría de la hierba
y tu grandeza demasiado enorme
y Marco mis lágrimas indefensas

4 comentarios:

Círculo Cultural FARONI dijo...

Odio a los indiferentes... Vivir significa tomar partido. No pueden existir quienes sean solamente " hombres", extraños a la ciudad. Quien realmente vive no puede no ser ciudadano, no tomar partido. La indiferencia es apatía, es parasitismo, es cobardía, no es vida. Por eso odio a los indiferentes.
La indiferencia es el peso muerto de la historia. Es la bola de plomo para el innovador, es la materia inerte en la que a menudo se ahogan los entusiasmos más brillantes, es el pantano que rodea a la vieja ciudad y la defiende mejor que la muralla más sólida, mejor que las corazas de los guerreros, que se traga a los asaltantes en su remolino de lodo, y los diezma y los amilana, y en ocasiones los hace desistir de cualquier empresa heroica.
La indiferencia opera con fuerza en la historia. Opera pasivamente, pero opera. Es la fatalidad, aquello con lo que no se puede contar, lo que altera los programas, lo que trastorna los planes mejor elaborados, es la materia bruta que se rebela contra la inteligencia y la estrangula. lo que sucede, el mal que se abate sobre todos, el posible bien que un acto heroico (de valor universal) puede generar no es tanto debido a la iniciativa de los pocos que trabajan como a la indiferencia, al absentismo de los muchos. Lo que ocurre no ocurre tanto porque algunas personas quieran que eso ocurra, sino porque la masa de los hombres abdica de su voluntad, deja hacer, deja que se aten los nudos que luego sólo la espada puede cortar, deja promulgar leyes que después sólo la revuelta podrá derogar, deja subir a los hombres que luego sólo un motín podrá derrocar...
Odio a los indiferentes también porque me molesta su lloriqueo de eternos inocentes. Pido cuentas a cada uno de ellos por cómo ha desempeñado el papel que la vida le ha dado y le da todos los días, por lo que ha hecho y sobre todo por lo que no ha hecho.

(GRAMSCI)

hAiKu dijo...


Van las palomas
a la estatua del Príncipe…
a defecar.

(RAFAEL BALDAYA)

Círculo Cultural FARONI dijo...


Con el primer vaso el hombre bebe vino, con el segundo el vino bebe vino, y con el tercero el vino bebe al hombre.

(proverbio chino)

Ignatius Reilly dijo...


Uno siempre responde con su vida entera a las preguntas más importantes. No importa lo que diga, no importa con qué argumentos trate de defenderse. Al final, al final de todo, uno responde a todas las preguntas con los hechos de su vida: a las preguntas que el mundo le ha hecho una y otra vez. Las preguntas son éstas: ¿quién eres?, ¿qué has querido de verdad?, ¿qué has sabido de verdad?, ¿a qué has sido fiel o infiel?... ¿Con qué y con quién te has comportado con valentía o con cobardía?... Estas son las preguntas. Uno responde como puede, diciendo la verdad o mintiendo: eso no importa. Lo que sí importa es que uno al final responde con su vida entera.

(SÁNDOR MÁRAI)