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sábado, 5 de octubre de 2019

Aquel puente (por Irene Sánchez Carrión)


No cruzaste aquel puente
y su remota voz de musgo
se enredará por siempre entre tus pasos.

Te dio miedo bajar las escaleras
y un negro precipicio de peldaños
se abrirá a tus pies cada mañana.

Desde hoy
todos los lechos
donde busques descanso
se llenarán de pozos
y caerán confundidos
tu rostro y sus caretas.


3 comentarios:

Ignatius Reilly dijo...

Me perdí en un cruce de caminos. Me indicaron mal la dirección...

Lloviendo amares dijo...

Por suerte, estoy muy loco, y puedo permitirme el lujo de vivir en un mundo paralelo (no, de mentira no: paralelo). O sea, en mi puto mundo. Eso me alivia; aunque tarde o temprano tenga que poner los pies en el suelo y enfrentarme a la realidad. No me asusta la realidad, sólo que me aburre. No se puede volar; ni decir la verdad todo el tiempo. No se puede salir en pelotas a la calle, no se puede ir al cine con el monstruo de Frankestein; no se pueden un montón de montones de cosas. No sé quién coño decide lo que se puede o no; pero no me gusta y como no me gusta, vivo en mi mundo paralelo -no, de mentira no: paralelo- todo el tiempo que puedo.

(BILLY MacGREGOR)

Fuego de palabras dijo...

Vida al instante.
Función sin ensayo.
Cuerpo sin prueba.
Cabeza sin reflexión.
Desconozco qué papel hago.
Sólo sé que es mío y no es intercambiable.
De qué trata la obra,
debo adivinarlo sobre el escenario.
Mal preparada para el honor de la vida,
soporto a duras penas el ritmo impuesto a la acción.
Improviso, aunque aborrezco la improvisación.
Tropiezo a cada paso con el desconocimiento de causa.
Mi modo de vivir huele a aldea.
Mis instintos son de aprendiz.
La vergüenza, al excusarme, me humilla todavía más.
Siento las circunstancias atenuantes como crueles.
Palabras y gestos irrevocables,
estrellas no contadas,
el carácter como un abrigo abrochado mientras camino,
he aquí el penoso fruto de este apremio.
¡Si al menos antes pudiera ensayar un miércoles,
o como mínimo un jueves repetir otra vez!
¿Acaso está bien? –pregunto
(con voz ronca,
pues ni siquiera me han dejado aclararla entre bastidores)-.
De nada sirve pensar que no es más que un somero examen
hecho en un sitio provisional. No.
Estoy entre los decorados y me doy cuenta de qué sólidos son.
Me sorprende la precisión de todo el atrezzo.
El equipo giratorio funciona desde hace mucho tiempo.
Las nebulosas más lejanas ya han sido encendidas.
Ah, no cabe duda de que esto es el estreno.
Y lo que haga
se convertirá para siempre en lo que hice.

(SZYMBORSKA)