jueves, 15 de julio de 2010
Estaba de pie frente a mí en lo alto (por Zbigniew Herbert)
No puedo recordar
su rostro
estaba de pie frente a mí en lo alto
al final de sus largas piernas separadas
veía
su cadenita de oro
su gris levita
y su flaco cuello
al que estaba prendida
una inerte corbata
fue el primero que nos enseñó
el anca de una rana muerta
que pinchada con un alfiler
violentamente se contrae
él nos introdujo
a través de un microscopio dorado
en la vida íntima
de nuestro bisabuelo
el paramecio
trajo un oscuro grano
y dijo: cornezuelo
instigado por él
en el décimo año de mi vida
fui padre
cuando tras una tensa espera
de una castaña sumergida en el agua
apareció un brote amarillo
y todo estalló en canto
alrededor
en el segundo año de la guerra
mataron al de ciencias
los malandrines de la historia
si es que fue al cielo
quizá camine ahora
sobre largos rayos
vestidos con grises medias
con una enorme red
y una caja verde
alegremente bamboleándose a su espalda
pero si no se fue allá arriba
cuando en el sendero del bosque
encuentro un escarabajo encaramándose
a una pelotilla de arena
me acerco
me cuadro
y digo:
-buenos días señor profesor
permítame ayudarle
lo transporto delicadamente
y me quedo mirando un rato
hasta que desaparece
en la oscura sala de profesores
al final del corredor de hojas
su rostro
estaba de pie frente a mí en lo alto
al final de sus largas piernas separadas
veía
su cadenita de oro
su gris levita
y su flaco cuello
al que estaba prendida
una inerte corbata
fue el primero que nos enseñó
el anca de una rana muerta
que pinchada con un alfiler
violentamente se contrae
él nos introdujo
a través de un microscopio dorado
en la vida íntima
de nuestro bisabuelo
el paramecio
trajo un oscuro grano
y dijo: cornezuelo
instigado por él
en el décimo año de mi vida
fui padre
cuando tras una tensa espera
de una castaña sumergida en el agua
apareció un brote amarillo
y todo estalló en canto
alrededor
en el segundo año de la guerra
mataron al de ciencias
los malandrines de la historia
si es que fue al cielo
quizá camine ahora
sobre largos rayos
vestidos con grises medias
con una enorme red
y una caja verde
alegremente bamboleándose a su espalda
pero si no se fue allá arriba
cuando en el sendero del bosque
encuentro un escarabajo encaramándose
a una pelotilla de arena
me acerco
me cuadro
y digo:
-buenos días señor profesor
permítame ayudarle
lo transporto delicadamente
y me quedo mirando un rato
hasta que desaparece
en la oscura sala de profesores
al final del corredor de hojas
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8 comentarios:
Me recuerda la pelicula La lengua de las Mariposas.
Es cierto, Anónimo: se ve que historias parecidamente tristes han ocurrido en muchos sitios, y en todos estaba él, el Maestro, o al menos uno, un Maestro, para dejar a salvo su dignidad (y la nuestra).
Aquellos maestros de la República, muchos de ellos fusilados por las huestes de Franco, Mola, Queipo, Yagüe... Qué pena.
Da la impresión de que la evolución nos ha insuflado más temor a la muerte que amor a la vida.
De todas las despedidas
es la mía la mejor.
En los clavos de tu puerta
se queda mi corazón.
Arco de tejo y cureña de serbal, cuando disparan han hecho el mal.
cureña.
1. f. Armazón compuesta de dos gualderas fuertemente unidas por medio de teleras y pasadores, colocadas sobre ruedas o sobre correderas, y en la cual se monta el cañón de artillería.
serbal.
1. m. Árbol de la familia de las Rosáceas, de seis a ocho metros de altura, con tronco recto y liso, ramas gruesas y copa abierta, hojas compuestas de hojuelas elípticas, dentadas y lampiñas, flores blancas, pequeñas, en corimbos axilares, y cuyo fruto es la serba. Es común en los montes de España.
Porque era amiga de diversiones,
porque fue alegre en su juventud,
en coplas se vio la Dolores,
la flor de Calatayud.
Una coplilla recorre España,
pregón de infamia de una mujer.
Y el buen nombre,
de aquella maña,
yo tengo que defender…
(La Dolores de la copla,
me dijo un día mi padre,
fue alegre, pero fue buena,
fue mi mujer, fue tu madre.)
Si vas a Calatayud,
si vas a Calatayud,
pregunta por la Dolores.
Que una copla la mató,
de vergüenza
y sin sabores.
Y eso te lo digo yo,
¡el hijo de la Dolores!
Dicen al mozo de la rivera,
que por mi calle lo ven rondar.
¿Tú sabes su madre quién era?
Dolores la del cantar.
Él me quería con amor bueno,
más su cariño él mismo ahogó.
Y no supo
limpiar el cieno
que la maldad me arrojó…
(Copla que vas dando muerte,
con el alma te maldigo,
fuiste dolor de mi madre,
¡pero no podrás conmigo!)
Si vas a Calatayud,
si vas a Calatayud,
pregunta por la Dolores.
Que una copla la mató,
de vergüenza
y sin sabores.
Y eso te lo digo yo,
¡el hijo de la Dolores!
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