lunes, 18 de octubre de 2010
El que soy (por Ricardo Dávila)
No busques atrás de mis hombros,
no hay nada, sólo yo,
el que te habla.
No busques,
soy el mismo que siempre ha sido,
el que soy.
El que te mira a los ojos es el verdadero yo.
No busques,
aquí estoy.
No hay navajas escondidas en mis dedos,
no hay veneno en mi voz.
Confía,
no hay sombras detrás de mi;
mírame a los ojos,
soy yo,
el de siempre, el mismo,
el que te mira a los ojos
mintiéndote.
no hay nada, sólo yo,
el que te habla.
No busques,
soy el mismo que siempre ha sido,
el que soy.
El que te mira a los ojos es el verdadero yo.
No busques,
aquí estoy.
No hay navajas escondidas en mis dedos,
no hay veneno en mi voz.
Confía,
no hay sombras detrás de mi;
mírame a los ojos,
soy yo,
el de siempre, el mismo,
el que te mira a los ojos
mintiéndote.
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9 comentarios:
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Y de estrujar la triste calavera
apenas un hilillo de zumo has obtenido.
Rebaña las paredes que a los ojos les sirven de bocina adaptativa:
Hallarás pegadas al hueso cavernoso
jirones de cintas de colores, destellos nacarados
de conchas abisales
que se engarzan en los palos de los barcos
que duermen su naufragio
entre tus manos.
Gracias, Anónimo. No conocíamos ese poema. ¿Puedes darnos más información?
Un abrazo
EMILIA ALARCÓN
Emilia.
Tuve noticia de este blog leyendo el de José Luis García Martín,"Café Arcadia".
A éste de Martín he mandado recientemente unas colaboraciones en prosa, bajo el seudónimo de Fabio.
Así que dí con vosotros y me tomé la libertad de improvisar un "poema", enlazado con el hilo conductor de vuestro blog: el zumo de la poesía.
Os aseguro que nunca he hecho el menor escarceo dentro de este género literario que es la poesía porque; aunque mi pulsíon es lírica, siempre la vierto en prosa. Y eso como mero aficionado que concurre a los blogs, quizá para exorcizar algunos duendes que me incordian; por aventar ideas que quisiera compartir; por el sólo placer de ESCRIBIR.
Gracias y que no decaiga.
Gracias a ti, Fabio, por tus visitas y comentarios.
Los escritos que un buen escritor tira a la papelera son mejores que los que publica un mal escritor.
(RAMÓN EDER)
Nos quiere quien nos quiere y no quien nosotros quisiéramos que nos quisiera.
Un funeral.
No soy yo el de la caja.
Cuestión de tiempo.
(RAFAEL BALDAYA)
Lo bueno suena, lo malo truena.
Nuestra mayor gloria está en levantarnos cada vez que caemos.
(GOLDSMITH)
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