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sábado, 23 de octubre de 2010

Lo que esa música me entrega (por Fernando Pessoa)

El velo de lágrimas no ciega.
Veo, llorando, lo que esa música me entrega
-la madre que tuve, el antiguo hogar, el niño que fui,
el horror del tiempo, porque fluye, el horror de la vida, ¡porque sólo es matar!-.
Veo y me adormezco en un torpor en que me olvido que existo aún en este mundo que existe...
Estoy viendo a mi madre tocar.
Y esas manos blancas y pequeñas, cuya caricia nunca más me arrullará,
tocan al piano, cuidadosas y serenas, (¡Dios mío!)
Un soir à Lima.
¡Ah, veo todo claro! Estoy otra vez allí.
Aparto del claro de luna exterior y extraño los ojos con que la vi.
¿Pero qué? Divago y la música terminó...
Divago como siempre divagué sin tener en el alma la certeza de quién soy,
ni verdadera fe o una ley firme.
Divago, creo eternidades mías en un opio de memoria y de abandono.
Entronizo fantásticas reinas sin tener para ellas un trono.
Sueño porque me baño en el río irreal de la música evocada.
Mi alma es un niño harapiento que duerme en una oscura esquina.
Sólo tengo de mí, en la realidad cierta y despierta,
los harapos de mi alma abandonada y la cabeza que sueña contra el muro.
Pero, madre, ¿no habrá un Dios que no me tome totalmente en vano,
u otro mundo en el que ahora esté esto?
Divago aún: todo es ilusión.
Un soir à Lima.


Quiébrate, corazón...

6 comentarios:

Carlos Suchowolski dijo...

¡Precioso!; tiene una hondura abismal, es muy bueno.

zUmO dE pOeSíA (emilia, aitor y cía.) dijo...

Gracias, Carlos. Nos alegra que te haya gustado. Fernando Pessoa es uno de nuestros autores favoritos. Un saludo.

EMILIA ALARCÓN

casa de citas dijo...

La estadística es esa ciencia que demuestra que, si mi vecino tiene dos coches y yo ninguno, los dos tenemos uno.

(G. B. SHAW)

TAN TONTíN dijo...

El dinero no lo es todo en la vida. También están los cheques.

tERESA pANZA dijo...

Septiembre, o seca las fuentes, o lleva los puentes.

ORáKULO dijo...

Todo gran poder implica una gran responsabilidad.