Ver una entrada al azar
¿Quién es ese rorro en pañales?
¡Vaya, es Adolfito, el hijo de los señores Hitler!
¿Llegará a ser doctor en derecho?
¿Tenor de la ópera de Viena?
¿De quién es esa manita?, ¿y esa orejona?, ¿y el ojito y la naricilla?
De quién es la pancita llena de leche aún no se sabe:
¿de un impresor, un médico, un comerciante o un cura?
¿Adónde llegarán esas piernecitas tan graciosas, adónde?
¿Al jardín, a la escuela, a la oficina, al matrimonio
quizá con la hija del alcalde?
Nene, angelito, rey de la casa, solete,
cuando vino al mundo hace ahora un año
no faltaron señales en la tierra y en el cielo:
sol primaveral, geranios en las ventanas,
música de organillo en el patio de casa,
un buen augurio envuelto en papel rosado,
el sueño profético de la madre antes del parto:
ver una paloma en sueños -albricias cogerla
con la mano-, el huésped tan esperado esta al llegar.
Tac, tac, ¿quién es?, el corazón de Adolfito palpita.
Babero, chupete, pañal, sonajero,
el crío, gracias a Dios y toquemos madera,
está sano, un gatito en su cestita, se parece a sus padres
y a los niños de todos los álbumes familiares.
No, ahora nada de berrinches, ¿eh?,
debajo de esta tela negra el fotógrafo hará ¡clic!
Estudio Klinger, Grabenstrasse Braunen,
y Braunen es un pueblo pequeño pero digno,
establecimientos de confianza, bonachones vecinos,
olor a bizcocho y a jabón de saín.
No se oye aullar a los perros ni los pasos del destino.
El profesor de historia se afloja el cuello
y bosteza sobre los cuadernos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
.jpg)
14 comentarios:
En dos palabras: im-presionante.
!Pobreciño mío...!, que parece que estás muertiño de hambre, y me devoras los pezonciños y me aprietas o peito, ansioso de leite...
Braciños torneados, musliños ben prietos, muñequiñas gordas, peitiño rosado, barriguiña comba...
Ay, filliño, mío, entre tantas blondas pareces un ánxel que a la tierra asoma; tierno verderolo, anduriña grácil, alada paloma...
Cuando seas hombre serás un marino, que lo fue tu abó, que lo es tu padre. Y en otras espumas y otros encajes mecerás tu vida, salada de mares,curtida de brisas entre el oleaje.
Ay, Paquiño mío, que feliz me haces... Aunque tu pai viva en libertinajes y me deje sola y él viva en la corte quién sabe en qué brazos, soporto el ultraje , pues te tengo a tí, lucero del alba, conchiña da ría, grumetiño amable.
En este Ferrol -galerías blancas, balcones de fierro, calles empedradas- os anos vindeiros falarán de tí, y dirán ufanos que fuiste un fanal que dio luz y rumbo a los ferrolanos.
Porque serás bueno, tierno, leal, humano, y en tu singladura cuajada de gloria serás un hermano del menesteroso sin nada en las manos.
Ahora que comiste, duerme neno mío, pedazo de entraña, sueña con lo mucho que has de darle a España.
(¡Glub!)
Hola, Anónimo y F. Celebro que os haya gustado el poema. W.S. es genial. (Los premios Nobel de literatura raramente tienen utilidad, pero en este caso sirvió para descubrirnos a esta gran poeta polaca.)
En el caso de F., ha compuesto una variante en la que el bebé o rorro es Paquiño (Franco Bahamonde). Estupendo uso del gallego, F. Ya se sabe: "gallegos y asturianos, primos hermanos".
Pero me pregunto: ¿es seguro que no habría habido nazismo (o algo parecido) si no hubiera existido Hitler? ¿Acaso no deseaba la burguesía alemana un régimen que les protegiera del acceso democrático al poder del proletariado, aunque para eso hubiera que acabar con la democracia? ¿Acaso no pasó algo similar en italia con Mussolini?
Y en el caso de Franco, ¿habría habido guerra civil sin Franco? Realmente el levantamiento militar del 36 no lo decidió sólo ni principalmente Franco, más bien él estuvo dubitativo hasta el mismo día 18 de julio. Hubo otros generales, como Sanjurjo o Mola, mucho más dispuestos y activos en relación con ese golpe de Estado, desencadenante de la guerra civil.
En fin, misterios..., historia-ficción, historia alternativa que nunca sabremos a ciencia cierta.
Puede que sin Hitler se hubiera impuesto también en Alemania una dictadura de derechas para frenar al comunismo avanzante (la revolución bolchevique ya había triunfado en Rusia en 1917), pero el espíritu revanchista y expansionista de Alemania (anexión de Austria y parte de Checoslovaquia, invasión de Polonia...) y sobre todo el racismo y el antisemitismo (la superioridad de la raza aria y la expulsión o exterminio de los judíos) son aportaciones muy particulares de Hitler, ya desde su libro "Mein Kampf", que en mi opinión es muy dudoso que se hubieran producido igual sin la actuación personalísima de Hitler.
Ay, Emiliña, que caíste en el tópico de la primez astur-galaica.
Sabe, amiga, que bien poco se compadecen las respectivas maneras de ver el mundo, el carácter, las maneras...
Quiero a Galicia porque la frecuento desde hace años y merece ser querida, pero me chocan algunos xeitos suyos, la súa saudade impenitente, cierta
abulia... Nada que ver con estos turbulentos compatriotas míos: "Asturiano: loco, vano o mal cristiano". Por ahí va la cosa.
En cuanto al otro asunto peliagudo, estoy convencido de que las convulsiones sociales se producen cuando las condiciones materiales dan pie a que sucedan. Como bien intuyes (tú intuyes muy bien, Emilia), la respuesta fascista no es sino el antídoto a unas condiciones previas adversas para ellos. Igual que las revueltas populares (ahí tienes a Túnez), que obedecen a imperativos insoslayables, cuando ciertos límites de ignominia y opresión son rebasados; entonces no hay dique que contenga a un pueblo que se echa a la calle... y que está dispuesto a morir por la causa.
Se simplifica cuando se imputa la tragedia nazi a la idiosincrasia teutona: se olvida que en Alemania existían - a comienzos del pasado siglo- los movimientos obreros y revolucionarios más pujantes de Europa; Marx, pensaba que aquella nación -por su desarrollo material y la mayor concienciación proletaria- estaba llamada a ser el país que primero implantase el socialismo. Y a punto estuvo de anticiparse a Rusia en la adopción de un régimen obrero revolucionario. Por eso la oligarquía alemana apoyó, financió e instaló a los camisas pardas en el poder.
En España e Italia, fueron idénticos los móviles que dieron pie a las dictaduras totalitarias respectivas.
En la película de B. Bertolucci "Novecento", hay una secuencia donde se ve una colecta que hacen los terratenientes, que van echando billetes de banco en un sombrero, para sufragar al incipiente partido fascista, que eran unos meros grupúsculos de matones y delincuentes sin escrúpulos.
A todos estos desastres hay que añadir algo tremendamente decisivo y nunca suficientemente denunciado: la culpable COBARDIA de las "democracias", que permitieron el martirio de España y un rosario de vergonzosas claudicaciones que envalentonaron a los países totalitarios. Pero no se libraron ellos mismos de la tragedia; sus pueblos hubieron de sufrir los desastres de la guerra. Y digo bien "sus pueblos", porque los culpables genuinos casi siempre se libran de la quema.
Termino comentando que, como tu pones de manifiesto, Franco no era en principio el "caudillo" de la rebelión militar; una cadena de casualidades hizo que el se pusiese al mando de los sediciosos y...
Lo que posiblemente hubiese hecho discurrir la Historia por otros derroteros e incluso pudiera haber acortado la larga tiranía es que Franco no hubiese sido el "gestor" del régimen brutal. Quiero decir que dificilmente se iba a dar un personaje más vil, cruel y ambicioso, que traicionó a todo el mundo -República, amigos, famila, militares-, y que -por lo tanto- de haber sido "otro" el "caudillo" posiblemente hubiese restado un atisbo de humanidad: la que Franco desconocíó toda su miserable vida.
P.D.- Os pido disculpas, pero hay cosas que SIEMPRE han de ser dichas.
F., tu comentario es muy interesante.
En Galicia estuve este verano haciendo el camino de Santiago. Bueno, no entero, sino desde Sarria (Lugo) hasta la ciudad del (supuesto) apóstol. Y pienso volver.
Sobre lo otro, leí una vez un libro sobre el Imperialismo, y desarrollaba la siguiente idea:
Alemania e Italia se unificaron bastante tarde, a lo largo del siglo XIX, por lo que llegaron tarde al "reparto del botín colonial".
A principios del siglo XX Inglaterra controlaba gran parte del África subsahariana y la India. Francia se había extendido por el Sáhara (Marruecos, Argelia, Túnez) y también por parte del sudeste asiático. EEUU ejercía un control sobre América Central y del Sur, aparte del Pacífico...
Pero Alemania e Italia, países recién unificados y potencias industriales en ciernes, se habían quedado sin zona de influencia, sin colonias, sin imperio.
Lo mismo le ocurrió a Japón: su posible área de influencia en el Pacífico la ocupaban los EEUU.
Por eso, estos tres países (eje Berlín-Roma-Tokio, "triple entente cordiale") se aliaron para conseguir territorios, "espacio vital".
Hitler, además de anexionarse Austria, invadió Checoslovaquia para quedarse con los Sudetes, ocupó Francia para llevarse Alsacia y Lorena, e invadió Polonia quizá para quedársela entera (hecho detonante de la II guerra mundial).
Mussolini, poco antes del año 39, había hecho una guerra colonial en Abisinia (la actual Etiopía).
Y los japoneses bombardearon Pearl Harbour para disputar a los americanos el control de las islas y otros territorios del Pacífico.
En fin, es una explicación que permitiría concluir que, con Hitler o sin él, había en el mundo grandes y poderosos intereses geoestratégicos en conflicto que, dada además la forma de actuar de la época, habrían desembocado en una guerra mundial.
Está muy rico el blog... y tb los comentarios
No se fusila nunca a un hombre solo.
(LEOPOLDO DE LUIS)
Los vicios vienen como huéspedes y se quedan como amos.
Lo que no tiene remedio pide olvido.
De este ladrillo, no hagas un castillo.
Hernán Cortés
no se detuvo nunca
ante un semáforo.
(CUQUI COVALEDA)
POZO
No sube el cubo
aquel rostro de niño.
Son aguas ocres,
rugosas, insalubres,
en las que tiembla un viejo.
(JOSÉ LUIS PARRA)
Allá, el espacio que hay entre nosotros,
al que no sabemos por dónde entrar,
allí estamos.
Estás tú que me traduces a ti.
Estoy yo que te interpreto en mí.
Mientras de nuestros originales nada se sabe
salvo que inexisten profundamente
en los márgenes de la niebla.
(CÈLIA SÀNCHEZ-MÚSTICH)
Publicar un comentario