miércoles, 23 de noviembre de 2011
Hotel Insomnia (por Charles Simic)
Me encontraba a gusto en mi pequeño agujero
la ventana daba a una pared de ladrillo.
En el cuarto de al lado había un piano.
Algunas tardes al mes
un viejo inválido venía a tocar
‘My Blue Heaven’.
Pero normalmente era un lugar tranquilo.
Cada cuarto tenía su araña con un pesado abrigo
y una mosca atrapada en su tela
de humo de cigarros y ensueño.
Estaba tan oscuro que no alcanzaba ni a ver mi cara
en el espejo cuando iba a afeitarme.
A las cinco de la mañana el sonido de unos pies descalzos en el piso de arriba.
Era el gitano adivino.
Alguien en el local de la esquina
se levantaba a mear después de una noche de amor.
Una vez oí, también, el llanto de un niño.
Estaba tan cerca que pensé,
por un momento, que era yo quien lloraba.
la ventana daba a una pared de ladrillo.
En el cuarto de al lado había un piano.
Algunas tardes al mes
un viejo inválido venía a tocar
‘My Blue Heaven’.
Pero normalmente era un lugar tranquilo.
Cada cuarto tenía su araña con un pesado abrigo
y una mosca atrapada en su tela
de humo de cigarros y ensueño.
Estaba tan oscuro que no alcanzaba ni a ver mi cara
en el espejo cuando iba a afeitarme.
A las cinco de la mañana el sonido de unos pies descalzos en el piso de arriba.
Era el gitano adivino.
Alguien en el local de la esquina
se levantaba a mear después de una noche de amor.
Una vez oí, también, el llanto de un niño.
Estaba tan cerca que pensé,
por un momento, que era yo quien lloraba.
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2 comentarios:
Y qué metafísicos os habéis puesto en algunos comentarios. Yo no sé qué es la vida (una ficción, una sombra, un frenesí... dijo Calderón por boca de Segismundo), pero me alegra haberla conocido. Ya tendré tiempo de volver a la nada dentro de unos añitos (espero) o a lo peor pasao mañana.
Todos los días del año
te de echar un cantarcito
y al fin del año serán
trescientos sesenta y cinco.
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