lunes, 14 de noviembre de 2011
Los días van tan rápidos (por Gonzalo Rojas)
Los días van tan rápidos en la corriente oscura que toda salvación
se me reduce apenas a respirar profundo para que el aire dure en mis pulmones
una semana más, los días van tan rápidos
al invisible océano que ya no tengo sangre donde nadar seguro
y me voy convirtiendo en un pescado más, con mis espinas.
Vuelvo a mi origen, voy hacia mi origen, no me espera
nadie allá, voy corriendo a la materna hondura
donde termina el hueso, me voy a mi semilla,
porque está escrito que esto se cumpla en las estrellas
y en el pobre gusano que soy, con mis semanas
y los meses gozosos que espero todavía.
Uno está aquí y no sabe que ya no está, dan ganas de reírse
de haber entrado en este juego delirante,
pero el espejo cruel te lo descifra un día
y palideces y haces como que no lo crees,
como que no lo escuchas, mi hermano, y es tu propio sollozo allá en el fondo.
Si eres mujer te pones la máscara más bella
para engañarte, si eres varón pones más duro
el esqueleto, pero por dentro es otra cosa,
y no hay nada, no hay nadie, sino tú mismo en esto:
así es que lo mejor es ver claro el peligro.
Estemos preparados. Quedémonos desnudos
con lo que somos, pero quememos, no pudramos
lo que somos. Ardamos. Respiremos
sin miedo. Despertemos a la gran realidad
de estar naciendo ahora, y en la última hora.
se me reduce apenas a respirar profundo para que el aire dure en mis pulmones
una semana más, los días van tan rápidos
al invisible océano que ya no tengo sangre donde nadar seguro
y me voy convirtiendo en un pescado más, con mis espinas.
Vuelvo a mi origen, voy hacia mi origen, no me espera
nadie allá, voy corriendo a la materna hondura
donde termina el hueso, me voy a mi semilla,
porque está escrito que esto se cumpla en las estrellas
y en el pobre gusano que soy, con mis semanas
y los meses gozosos que espero todavía.
Uno está aquí y no sabe que ya no está, dan ganas de reírse
de haber entrado en este juego delirante,
pero el espejo cruel te lo descifra un día
y palideces y haces como que no lo crees,
como que no lo escuchas, mi hermano, y es tu propio sollozo allá en el fondo.
Si eres mujer te pones la máscara más bella
para engañarte, si eres varón pones más duro
el esqueleto, pero por dentro es otra cosa,
y no hay nada, no hay nadie, sino tú mismo en esto:
así es que lo mejor es ver claro el peligro.
Estemos preparados. Quedémonos desnudos
con lo que somos, pero quememos, no pudramos
lo que somos. Ardamos. Respiremos
sin miedo. Despertemos a la gran realidad
de estar naciendo ahora, y en la última hora.
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10 comentarios:
Como dice el refrán, Más vale gastarse que enmohecerse.
Nadie plante su viña
junto a un camino
porque todo el que pasa
coge un racimo.
Y de ese modo
se la van vendimiando
sin saber cómo.
Quien mucho habla, mucho desbarra.
La práctica debería ser producto de la reflexión. Pero generalmente el orden se invierte.
(HESSE)
Los naipes, la bebida
y los cigarros
nadie los deja, y muchos
quieren dejarlos.
Y si los dejan,
vuelven después a ellos
con mayor fuerza.
Quien rechaza un elogio, es que está buscando otro.
4 paredes
hay, y entre ellas creo
que fui feliz.
(RAFAEL BALDAYA)
Con un pastor me caso,
me da la gana.
Si tropiezo en el queso,
caigo en la lana.
¿Cómo no amarla?
¡La esfera de un reloj
sin manecillas!
(GARCÍA MÁIQUEZ)
Tu cabello en sus manos, arde en las manos del vigilante de
la nieve.
Son las cebadas, la siesta de las serpientes y tu cabello en el pasado.
Abre tus ojos para que yo vea las cebadas blancas: tu cabeza en las
manos del vigilante de la nieve.
(GAMONEDA)
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