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miércoles, 16 de noviembre de 2011

No me abandones (por Jacques Brel)

No me abandones.
Hay que olvidar.
Todo puede olvidarse.
Lo que ya se fue.
Olvidar el tiempo de los malentendidos
y el tiempo perdido sin saber cómo.
Olvidar esas horas que mataban a veces
a golpes de porqués el corazón de la felicidad.
No me abandones.
Yo te ofreceré perlas de lluvia
venidas de países donde no llueve.
Yo escarbaré la tierra hasta después de mi muerte
para cubrir tu cuerpo de oro y de luz.
Yo haré un reino donde el amor será rey,
donde el amor será ley,
donde tu serás reina.
No me abandones.
Yo inventaré para ti locas palabras
que entenderás.
Yo te hablaré de esos amantes
que han visto por dos veces arder sus corazones.
Yo te contaré la historia de un rey
que murió por no haber podido encontrarte.
No me abandones.
Se ha visto a menudo resurgir el fuego
del antiguo volcán que se creía demasiado viejo.
Existen tierras quemadas que dan más trigo
que el mejor abril.
Y cuando viene la noche, para que un cielo arda,
el rojo y el negro ¿acaso no se unen?
No me abandones.
No voy a llorar.
No voy a hablar.
Me ocultaré para mirarte bailar y sonreír
y escucharte cantar y reír después.
Déjame volverme la sombra de tu sombra,
la sombra de tu mano,
la sombra de tu perro.
No me abandones.

9 comentarios:

Tragikomedia dijo...

Me ha emocionado leer a Jacques Brel aquí, en Zumo, y en verdad es uno de los grandes poemas de amor, con o sin música, de la historia. Tan solamente quería poneros un pero y es que "ne me quitte pas" yo lo traduciría por "no me dejes" más que "no me abandones". Reconozco que significa las dos cosas pero creo que "no me dejes" encaja más en el contexto amoroso de la canción/poema, ya que es lo que normalmente, coloquialmente, se dicen las parejas cuando uno de los dos rompe. C´ est mon avis.

Anónimo dijo...

Pues la verdad, me gusta el No me abandones, que quizá en el poema suena mejor, pero yo también habría traducido por No me dejes. Porque eso, dejar, es lo que decimos coloquialmente: Dejar tirado, dejar plantado, dejar colgado, dejar en la cuneta, dejar en la estacada, etc.

Aldonza Lorenzo dijo...

Aprendiz de todo, oficial de nada.

Círculo Cultural FARONI dijo...

La sangre se lava con agua, no con más sangre.

(proverbio turco)

hAiKu dijo...


Nunca veremos
nuestra materia sin
nosotros dentro.



(AITOR SUÁREZ)

TóTUM REVOLúTUM dijo...


La vida es una enfermedad de transmisión sexual.

tERESA pANZA dijo...


El que es necio en su villa, es necio en toda Castilla.

hAiKu dijo...

Sabiendo apenas
cuatro cosas del mundo,
nos vamos de él.

(RAFAEL BALDAYA)

Fuego de palabras dijo...


Quiero verme a mí misma en el espejo. Lo que más me gustó en el mundo fue el agua: beberla, mirarla, imaginarla. En este vaso la tengo presa, aunque esté mezclada con otra cosa menos pura. Me acercaré a besarte, espejo. Qué fresca, qué incontaminada, qué parecida a nadie eres. Pego mis labios a tus labios como si nadie pudiera separarnos jamás. Todas las fotografías son espejos de lo que fuimos, pero no de lo que somos ni de lo que seremos. Deja que me mire. Soy lo único que no conozco. Voy a beber algo mejor que la vida. Por suerte ya sé todo lo que no soy yo. Me acercaré al espejo. Quiero besarme. Nada me impedirá besarme. Nada me impedirá arrodillarme. Tu boca, espejo, es fresca como el agua. Me da miedo. No existe la distancia que nos separa, ni el frío helado de tu superficie lisa. Voy a morir ahora mismo. Me desvestiré, y quedaré desnuda. Totalmente desnuda. Si alguien se acerca, que se vaya y me deje sola bajo la mirada mía que pronto se terminará. Qué extraño ruido. ¿De dónde proviene? Lo oigo venir desde arriba, como si algo se estuviera rompiendo. Hace tanto que vengo a esta casa y nunca lo he oído. ¿Los ratones se habrán metido detrás del espejo? O bien algo se está despegando en esta mole gigantesca. ¿Por qué te tengo tanto miedo, espejo, si antes no te temía? Antes me acercaba, ahora me alejo. ¿Me vas a matar? ¿Te atreverás? Moriré bajo tus cristales. Me arrodillaré a tus pies. Me taparé la cabeza con mis brazos para no ver caer tu cascada de vidrios. Qué porquería eres. Me buscaré a mí misma en todos tus pedazos: un ojo, una mano, un mechón de pelo, mis pies, mi ombligo, mis rodillas, mi espalda, mi nuca tan querida, nunca podré juntarlos.
—Poca voz me queda. Los que me buscan son las alimañas, los ratones, el polvo. La muerte de una persona no es igual a la muerte de un espejo. No creí tener esta suerte de morir contigo.

(SILVINA OCAMPO)