miércoles, 9 de noviembre de 2011
Valiente (por Michael Meyerhofer)
Yo creo que podría ser valiente
si las circunstancias estuvieran dadas. Por ejemplo
supongamos que estoy levantando unas pesas
sin camiseta, delante del espejo
e irrumpe el Hombre Lobo, precisamente
cuando me detengo a admirar mi ballesta plateada; o si no
digamos que estoy paseando en la terraza
del reloj de una torre en el momento en que un francotirador
con mandíbula de vidrio
está dudando con el rifle atascado
o un cargamento entero de hostiles alienígenas
o una combi cargada con bombas terroristas
se detuviera en medio de un campo de petróleo
mientras yo sostengo mi encendedor, y entonces
entonces yo sería tan valiente por cierto
como el indestructible Aquiles. Posaría
para escultores, afiches para el cine, un club
de fans lleno de intelectuales fumadores de pipa, y críticos
con sus lenguas de seda y gimnastas de pechos imponentes
esperarían cada una de mis palabras y mis hechos.
Pero en el mundo real, los vampiros atacan
sólo mientras estás en el baño sentado
o mientras te pruebas los zapatos de tu mamá;
los ladrones únicamente saltan desde atrás de un arbusto
cuando sales de un telo queriendo no ser visto
o del vídeo, cargado de películas
porno. Y si el gobierno acaso quisiera liquidarte
si te mandan un escuadrón de robots criminales
o un asesino en serie te sigue al estacionamiento,
sucederá cuando estés estreñido.
No estarás afeitado ni bañado,
los paramédicos notarán tus viejos calzoncillos raídos,
un testículo ausente, el acné de tu rostro
al meterte en un coche repleto de papel de hamburguesas
y de reliquias diarias de los batidos diet,
indiferente a la caída de los ascensores
o a doncellas que huyen en caballos veloces, trenes descarrilados
y asteroides terrestres, sin estar preparado
para reunirte aún con tu creador pero ansiando acabar
sin aspavientos, arreglándotelas lo mejor que puedes.
si las circunstancias estuvieran dadas. Por ejemplo
supongamos que estoy levantando unas pesas
sin camiseta, delante del espejo
e irrumpe el Hombre Lobo, precisamente
cuando me detengo a admirar mi ballesta plateada; o si no
digamos que estoy paseando en la terraza
del reloj de una torre en el momento en que un francotirador
con mandíbula de vidrio
está dudando con el rifle atascado
o un cargamento entero de hostiles alienígenas
o una combi cargada con bombas terroristas
se detuviera en medio de un campo de petróleo
mientras yo sostengo mi encendedor, y entonces
entonces yo sería tan valiente por cierto
como el indestructible Aquiles. Posaría
para escultores, afiches para el cine, un club
de fans lleno de intelectuales fumadores de pipa, y críticos
con sus lenguas de seda y gimnastas de pechos imponentes
esperarían cada una de mis palabras y mis hechos.
Pero en el mundo real, los vampiros atacan
sólo mientras estás en el baño sentado
o mientras te pruebas los zapatos de tu mamá;
los ladrones únicamente saltan desde atrás de un arbusto
cuando sales de un telo queriendo no ser visto
o del vídeo, cargado de películas
porno. Y si el gobierno acaso quisiera liquidarte
si te mandan un escuadrón de robots criminales
o un asesino en serie te sigue al estacionamiento,
sucederá cuando estés estreñido.
No estarás afeitado ni bañado,
los paramédicos notarán tus viejos calzoncillos raídos,
un testículo ausente, el acné de tu rostro
al meterte en un coche repleto de papel de hamburguesas
y de reliquias diarias de los batidos diet,
indiferente a la caída de los ascensores
o a doncellas que huyen en caballos veloces, trenes descarrilados
y asteroides terrestres, sin estar preparado
para reunirte aún con tu creador pero ansiando acabar
sin aspavientos, arreglándotelas lo mejor que puedes.
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5 comentarios:
Es más accesible el gran valor de un pequeño momento que el pequeño valor de toda una vida. Ser fuerte es fácil; lo difícil es ser firme.
Quien no ha visto Granada, no ha visto nada.
Se reconoce a los grandes porque siguen creciendo.
(ENRIQUE GARCÍA MÁIQUEZ)
De lo que no digas, serás el amo.
De lo que sí digas, serás esclavo.
Rodeos que se volvieron atajos.
Atajos que se hicieron rodeos.
(SAIZ DE MARCO)
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