zUmO dE pOeSíA

zUmO dE pOeSíA
de todos los colores, de todos los sabores

ALEATORIUM: Saca un poema de nuestro almacén

Ver una entrada al azar

miércoles, 30 de julio de 2014

De lo negado, de lo perdido (por Agustín García Calvo)

Sólo de lo negado canta el hombre,
sólo de lo perdido,
sólo de la añoranza,
siempre de lo mismo.

Cuando cerró para siempre el huerto
la cancela de espinos,
entonces inventó la queja de la lira,
la flauta del suspiro.

Y desde entonces sólo canta
en su torre el cautivo,
a su rueca la esclava,
el desterrado en el navío.

De la jaula aletea y sangra
el pájaro desconocido;
salir quiere y no puede:
su jaula es él mismo.

Y por eso el minero canta
por un sol de oro limpio;
canta el pobre, la pena canta;
no canta el rico.

Entre las piernas de la amiga,
vida busca el amigo,
y se encuentra con un tesoro
de verdes ojos fríos.

Y así es como canta el hombre
por su niño antiguo,
y la boca sin pan y sin besos
y el cielo vacío:

siempre de la añoranza, de lo negado,
de lo perdido;
siempre de lo de otro,
nunca de lo mío.

8 comentarios:

hAiKu dijo...

El mundo bulle
fuera de nuestra cama
pero qué importa

(CUQUI COVALEDA)

Juan Pedro dijo...

"Contra su jaula"

Soleá de Alcalá y de Cádiz
a partir del poema 1
de "Canciones y soliloquios"

http://elninyohardcore.blogspot.com.es/2013/10/contra-su-jaula-la-razon-comun-del.html

zUmO dE pOeSíA (emilia, aitor y cía.) dijo...

Juan Pedro: Lo que has enviado es precioso. De verdad, una maravilla. MUCHAS GRACIAS. ZdeP lo hacemos entre todos.

Cide Hamete Benengeli dijo...

Sólo tengo dos lunares.
El uno junto a la boca,
el otro donde tú sabes.

Aldonza Lorenzo dijo...

Del día de los Santos a Navidad, el invierno de verdad.

tERESA pANZA dijo...


Quien pierde la honra, también pierde el negocio.

casa de citas dijo...


¿Qué puede haber más grande en el mundo que tener a alguien con quien poder hablar como con uno mismo?

(CICERÓN)

Fuego de palabras dijo...

recordé a mi padre
él jugaba a ser mi caballo
y yo a ser el viento con mi cabello
sonreíamos
aquel vaivén no podría ser otra cosa que la felicidad

(GONZÁLEZ ARREDONDO)