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miércoles, 18 de febrero de 2015

Las velas parpadeaban (por Charles Simic)


¿Te acuerdas de aquel loco
que ponía velas en su sombrero
para poder pintar el mar de noche?
Solo, en esa playa vacía de Jersey,
forzaba la vista para mirar en la oscuridad
y blandía su pincel salvajemente.

Teresa dijo que había sacado esa estúpida idea
de una película que ella había visto.
Sin embargo, ahí estaba con barba y melena
como el mismísimo demonio
atiborrando oscuros colores uno sobre otro
mientras nosotros, a su alrededor, mirábamos.

Las velas parpadeaban en su cabeza
y luego iban, una a una, apagándose.


10 comentarios:

casa de citas dijo...

Las palabras son como los niños. Cuantos más mimos les das, más mimos te piden.

(LUTERO)

Aldonza Lorenzo dijo...


Entre dos muelas molares, nunca metas tus pulgares.

Anónimo dijo...

Será más bien entre dos PIEZAS molares

DaniPovedano dijo...

Yo creo que es entre dos muelas cordales.

indecible dijo...

No pueden ser muelas cordales porque son las muelas del juicio, y al estar situadas en los extremos maxilares difícilmente pueden juntamente envolver (para morderlo) un dedo pulgar.

El refrán dice realmente "Entre dos piedras molares nunca metas los pulgares".

Y piedras molares son piedras de molino, o sea, de moler.

Así que no tiene nada que ver con dientes ni con muelas.

Aldonza Lorenzo dijo...

Seguramente es verdad todo lo que decís pero aquí en El Toboso se dice el refrán como lo he dicho: muelas molares. Quizá por ser tierra de molinos...

Cide Hamete Benengeli dijo...

Con las mujeres me pasa
lo que no entenderé nunca:
pa novia me gustan todas
y pa casarme ninguna.

casa de citas dijo...

Valen más quintaesencias que fárragos.

(GRACIÁN)

tERESA pANZA dijo...

Ofrecer y no dar, lo mismo es que robar.

cajón desastre dijo...


Corazón que no siente: ojos que no ven.


(ORTIZ-OSÉS)
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