En un bosque de noche un fuego: un ondeante círculo
de luz, más allá de él no hay nada
porque estamos aquí, en el medio:
emocionados gritos, cantos, risas...
Ahora la leña se ha terminado, las llamas
expiran. Y nosotros también decimos: el hombre
expira. Y todavía hay algo de fuego
ahí. Después nada: la oscuridad y vemos claramente todo
lo que quedó: nuestros rostros de pronto todos tan
diferentes, curvados sobre este lugar, negros
contornos de árboles, un cielo de algún modo más brillante,
frías estrellas. Y nadie sabe por qué
permanecemos tanto tiempo en silencio
y luego hablamos
en susurros.
3 comentarios:
Todo cambia,nada es eterno en la rueda espiralada de la vida. Pasamos , en instantes, de la alegría al dolor. Y más allá de lo que te va a tocar vivir inevitable, como la muerte de quienes amas, otros dolores podrían evitarse si tomaran conciencia, por un segundo, los causantes.
Laura
Allá donde la toques, la memoria duele.
Somos dos peces
Del mis-mí-si-mo mar.
Dos conchas muertas
Labio contra labio.
Todo lágrimas.
Sabor
a hortaliza.
-¿Y mañana
cuando
despierte?…
(MARINA TSVETÁIEVA)
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