martes, 30 de mayo de 2017
Su propia voz de cosa (por Roberto Juarroz)
Los nombres no designan las cosas:
las envuelven, las sofocan.
Pero las cosas rompen
sus envolturas de palabras
y vuelven a estar ahí, desnudas,
esperando algo más que los nombres.
Sólo puede decirlas
su propia voz de cosa,
la voz que ni ellas ni nosotros sabemos,
en esta neutralidad que apenas habla,
este mutismo enorme donde rompen las olas.
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5 comentarios:
Las cosas no necesitan nombre para existir. Nunca una piedra supo que era piedra ni stone. Tampoco le hacía puñetera falta.
Intelijencia, dame el nombre exacto de las cosas... (JRJ)
Decir agua no calma la sed. Las palabras son menos que aire articulado. Aun así hay quien consagra las palabras y les otorga un valor esencial. Así: Unas personas gritan mensajes, otras los "profieren" ( nótese el artificio de usar uno u otro verbo ).
Es que hay verbos despectivos, como proferir o perpetrar.
Bajo el franquismo, cuando un grupo gritaba consignas a favor del régimen se decía que "daban gritos"; pero si eran un grupo contrario al régimen y protestando contra él, entonces no daban gritos sino que "proferían gritos".
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