Adiós a una idea... Una cabaña en pie,
abandonada, sobre una playa. Es blanca,
como de costumbre o de acuerdo con
un tema ancestral o como consecuencia
de un rumbo infinito. Las flores contra el muro
son blancas, están mustias, una especie de marca
recordando, intentando recordar una blancura
que era diferente, otra cosa, el año pasado
o antes, no la blancura de una tarde al envejecer,
no sé si más fresca o más apagada, si de nube de invierno
o de cielo invernal, de un horizonte a otro.
El viento arrastra la arena por el suelo.
Aquí, ser visible es ser blanco,
es tener la solidez del blanco, la realización
de un extremista en un ejercicio...
Cambia la estación. Un viento frío congela la playa.
Sus largas líneas se hacen más largas, y vacías,
una oscuridad se acumula aunque no cae
y la blancura crece menos vívida en el muro.
El hombre que camina se vuelve sobre la arena con estupor.
Observa cómo el norte siempre engrandece el cambio,
con sus brillos helados, sus curvas rojiazules
y ráfagas de grandes ascuas, su verde polar,
el color del hielo, del fuego y de la soledad.
4 comentarios:
Tal vez no pasa,
tal vez no avanza el tiempo:
tan sólo gira.
Eterno retorno
LLEVAR RAZÓN (Juan José Millás)
Sé de gente que mataría por llevar razón. Hay otros rasgos de carácter que se pueden corregir a lo largo de la vida, pero quitarse de llevar razón es como quitarse de la heroína: se puede, aunque con mucho sacrificio. Si vienes al mundo con ese declive, mueres con él. Te mueres llevando la razón, te incineran llevando la razón, llegas al infierno llevando la razón. Jamás discutas con personas necesitadas de llevar la razón. No conduce a nada, solo a la infelicidad. En las discusiones políticas es donde mejor se las distingue. Llevar razón constituye un modo de tapar heridas ancestrales, abandonos remotos. Llevar razón es una forma de vengarse. Si llevas razón, tu nacimiento no fue un error, tus padres te quisieron, la infancia triste y la perra juventud valieron la pena. El mundo ya no te debe nada, en fin. Si llevas razón, no necesitas ser sutil ni inteligente ni educado. Llevar razón te coloca por encima del bien y del mal. La frase “hablar cargado de razón”, pese a su naturaleza de lugar común, describe perfectamente esta patología. Para intentar convencerte de sus argumentos, los llevadores de razón subrayan sus discursos con gestos en los que expresan lo absurdo que sería pensar de otro modo. Conozco personas a las que quiero y admiro cuyo único objetivo en la vida es llevar la razón. Siento una terrible ternura por ellas porque me recuerdan épocas de mi vida en las que yo mismo necesitaba llevar razón a toda costa. Me quité de llevar razón porque me hacía daño a la salud, como el tabaco, aunque a veces recaigo y fumo un "camel" clandestino. Desde entonces, siempre que descubro a alguien llevando la razón me dan ganas de abrazarlo y de hacerle unas caricias al tiempo de decirle que no pasa nada por no llevarla.
La proximidad de la lejanía.
(MIGUEL HERNÁNDEZ)
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