Aquí
un poco más abajo del cuello
en el pecho
jugando casi
insospechada
indiferente
dejaste tu profunda huella
me marcaste para siempre.
Han pasado tantos años, claro, desde entonces
pero
brilla, sabes, levemente bajo la ropa todavía
de modo extraño
no puedo ocultarme, me ven
el marcado dicen y con el dedo
me señalan.
Por las noches sin embargo,
me quito despacio la ropa y a la luz
de la lámpara, desnudo,
acaricio con ternura la herida
la venero
y la cuido con orgullo secreto.
3 comentarios:
Mi pena es muy mala,
porque es una pena
que yo no quisiera
que se me quitara.
¿Por qué permiten que los estimen? ¿Por qué ´permiten que los amen? ¿A qué miserable pozo o altura los lleva y desde allí elevar su canto de conquista?
¿Es una medalla? ¿Un premio para su Ego?
Y del otro lado, del otro lado del abismo, ¿qué queda?
Tal vez, un minúsculo ser, uno más del montón , ignorado en su dolor y en su muerte lenta de cada día.
La idea de que alguien gane en una discusión es un error, porque qué importa; si se llega a descubrir una verdad, poco importa que salga de «a», de «b», de «c», de «d» o de «e». Lo importante es llegar a esa verdad o indagar esa posible verdad. Pero, en general, se ve la conversación como una polémica, ¿no?; es decir, se entiende que una persona pierde y otra gana, lo cual es un modo de estorbar la verdad o de hacerla imposible. Esa mera vanidad personal de tener razón; por qué querer tener razón. Lo importante es llegar a la razón, y si alguien puede ayudarnos, mejor.
(BORGES)
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