observo lo que ya conocemos
veo resquebrajarse
un brazo de árbol
para que la llamarada surja
algo se rompe algo cede
y la chimenea no funciona
y en la sala
un paisaje de humo se extiende entre los sillones
el fuego es una mujer que cubre con la mano
su propio rostro
para que la oscuridad no llegue
contemplo la fogata
sin prisa
porque se mira el fuego
se observa cómo los troncos se deshacen
y caen desfallecidos
unos sobre otros
se mira arder
así
con detenimiento
con paciencia
lo que tenemos de parecido
adentro
1 comentario:
Nuestras vidas son suizas,
tan quietas, tan frías,
hasta que una tarde extraña
los Alpes se olvidan de sus cortinas
y miramos detrás.
Italia está al otro lado
mientras, en medio como un guardia,
los Alpes solemnes,
los Alpes sirenas
se interponen para siempre.
(EMILY DICKINSON)
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