miércoles, 2 de diciembre de 2009
La realidad es psicópata (por José Emilio Pacheco)
El tremendismo de la realidad,
su incurable tendencia
al melodrama y a lo absurdo.
La realidad es psicópata:
jamás se compadece de sus víctimas.
Hace trampa al jugar con la esperanza.
Todo lo escribe mal con letras chuecas,
llenas de errores de sintaxis.
Ignora el ritmo, el tono, la armonía.
Confunde los papeles asignados.
Olvida lo que dijo en la otra página.
Debería entrar en un taller literario,
aprender cuando menos rudimentos
de verosimilitud, coherencia y orden.
Sin embargo posee en alto grado
una virtud artística suprema:
no se repite nunca,
siempre es nueva,
siempre nos deja con la boca abierta.
su incurable tendencia
al melodrama y a lo absurdo.
La realidad es psicópata:
jamás se compadece de sus víctimas.
Hace trampa al jugar con la esperanza.
Todo lo escribe mal con letras chuecas,
llenas de errores de sintaxis.
Ignora el ritmo, el tono, la armonía.
Confunde los papeles asignados.
Olvida lo que dijo en la otra página.
Debería entrar en un taller literario,
aprender cuando menos rudimentos
de verosimilitud, coherencia y orden.
Sin embargo posee en alto grado
una virtud artística suprema:
no se repite nunca,
siempre es nueva,
siempre nos deja con la boca abierta.
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11 comentarios:
No hay hombre tan grande que no quepa en un ataúd.
(EL ROTO)
Sólo los jinetes malos manejan el potro a palos.
El que se queja, sus males aleja.
Sal de esa foto
o si no, por lo menos,
déjame entrar.
(Aitor Suárez)
Tu cabello y el mío
se han enredao
como las zarzamoras
por los vallaos.
Los más grandes ideales humanos, llevados a su máxima expresión, son contradictorios e incompatibles entre sí.
Las consecuencias de la ira siempre son más graves que el hecho que la causa.
(MARCO AURELIO)
Dar ejemplo puede ser una forma de ayudar a los demás.
(STEFAN ZWEIG)
Lo que es del común no es de ningún.
Quedarse en la cama sería una experiencia perfecta y sublime siempre que uno dispusiera de un lápiz lo suficientemente largo para escribir en el techo.
(CHESTERTON)
¿Cuántas veces te han extrañado tus propias palabras, tus propias reacciones, tus propios actos? ¿Cuántas veces te has llevado, contigo mismo, una sorpresa?
(AITOR SUÁREZ)
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