domingo, 17 de enero de 2010
Qué sin ti estás, qué solo (por Juan Ramón Jiménez)
En ti estás todo, mar, y sin embargo,
¡qué sin ti estás, qué solo,
qué lejos, siempre, de ti mismo!
Abierto en mil heridas, cada instante, cual mi frente,
tus olas van, como mis pensamientos,
y vienen,
van y vienen,
besándose, apartándose,
en un eterno conocerse, mar,
y desconocerse.
Eres tú, y no lo sabes,
tu corazón te late y no lo siente...
Qué plenitud de soledad, mar sólo.
¡qué sin ti estás, qué solo,
qué lejos, siempre, de ti mismo!
Abierto en mil heridas, cada instante, cual mi frente,
tus olas van, como mis pensamientos,
y vienen,
van y vienen,
besándose, apartándose,
en un eterno conocerse, mar,
y desconocerse.
Eres tú, y no lo sabes,
tu corazón te late y no lo siente...
Qué plenitud de soledad, mar sólo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
8 comentarios:
Sufro la inmensa pena de tu extravío,
siento el dolor profundo de tu partida,
y lloro sin que tú sepas que el llanto mío
tiene lágrimas negras como mi vida.
Madre hacendosa, hija perezosa.
La muerte no es un mal: libera al hombre de todos los males. La vejez es el sumo mal: priva al hombre del placer, dejándole el deseo, y acarrea todos los dolores. Sin embargo los hombres temen a la muerte y aspiran a llegar a viejos.
(LEOPARDI)
Nuestra verdadera y única propiedad son los huesos.
En el país de los tuertos, cierra un ojo.
(proverbio árabe)
Piel de diseño.
Ojos prêt-à-porter.
Repuestos de hígado.
(CUQUI COVALEDA)
Pelma es quien nos roba la soledad y no nos da la compañía.
Cada vez que pienso en las ideologías recuerdo una película de Chaplin donde Charlot se va de viaje. Carga una maleta de hierro que no logra cerrar, y cuando por fin corre el cerrojo, quedan fuera una manga de camisa, una pierna de pantalón. Entonces Charlot toma unas tijeras y corta todo lo que cuelga fuera de la maleta. Lo mismo pasa con las teorías intelectuales.
(WISLAWA SZYMBORSKA)
Publicar un comentario