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martes, 13 de julio de 2010

Cada mañana (por Salvador Espriu)

Cada mañana contemplo
dos pies de vencido dentro
de zapatos que ríen.

Si lo tengo cerca, la ropa
sobre los débiles hombros
refleja mi rostro.

¡Qué dolor de heridas
de piel y de carne viva,
tanto tiempo! Sin venganza
ni sentido ya, escucho
el paso y la fatiga
de un plebeyo en derrota.

El año entero utilizamos plumas
de velocísimos escribientes.
Cuando llega el verano, penetran,
por el balcón, moscardones.
En invierno, más tristeza
y cielos de frío. Y siempre
gime, escupe, tose.

Rehuso amarlo,
pese a los vuelos de ángel.
Pero le dejo dinero,
a un interés muy módico,
para el calzado que precisa
el poco camino que le queda.

7 comentarios:

Aldonza Lorenzo dijo...

En pelea de burros, el pagano es el arriero.

casa de citas dijo...

Al lado de la estatua de la Libertad debieron erigir la estatua de la Responsabilidad.

(VIKTOR FRANKL)

ORáKULO dijo...

Nadie es coherente del todo. Nadie es ni puede ser, del todo, consecuente.

Lloviendo amares dijo...

Al mirar quién me aguardaba no vi otra cosa que a mí misma.

(PIZARNIK)

TóTUM REVOLùTUM dijo...

Siempre creí poder realizar mi trabajo intelectual totalmente solo, sin ninguna clase de seres humanos, lo que tuvo que revelarse como un error, pero también el que realmente necesitamos a alguien es a su vez un error, necesitamos a un ser humano para ello y no necesitamos a ninguno, y unas veces necesitamos a alguien y otras veces no necesitamos a nadie y otras veces necesitamos a alguien y al mismo tiempo no necesitamos a nadie...

(BERNHARD)

ORáKULO dijo...

Tendemos a dar tratamiento antropomórfico a realidades que nos superan. Como si hubieran de ajustarse a nuestros esquemas terrícolas y cerebrales. Esas realidades no es que no quepan en nuestra mente, sino que son refractarias e incompatibles con ella.

todo está en BORGES dijo...

Si el Eterno Espectador dejara de soñarnos un solo instante, nos fulminaría, blanco y brusco relámpago, Su olvido.

(BORGES)