sábado, 3 de julio de 2010
Metempsicosis (por Margaret Atwood)
Tu abuela se desliza por los helechos,
vestida de luto, grácil
y aguda como siempre: ¡mira cómo le brillan los ojos!
¿Quién eras tú cuando fuiste serpiente?
Aquel fue un bailarín y ahora
una verde serpentina ondulada por su propia brisa
y he aquí a tu tío, persona brusca y a rayas,
que regresa a vigilarte
y relajarse bajo las mecedoras
del porche.
Cuando se despoja de su vieja piel
la serpiente proclama la resurrección
a todos los creyentes
aunque hay quienes se cansan pronto
de nacer y renacer... para ellos es el soplo
que tiembla en la hierba amarilla,
un dedo de papel, la mitad de un lazo,
la cita para acudir al río muerto.
¿Quién se refugia en la bodega fría
con las manzanas y las ratas?
¿De quién es esa voz de pellejo
que se crispa al viento?
...Del hijo que perdiste y que susurra "Madre",
el que jamás pariste
y quiere volver a entrar.
vestida de luto, grácil
y aguda como siempre: ¡mira cómo le brillan los ojos!
¿Quién eras tú cuando fuiste serpiente?
Aquel fue un bailarín y ahora
una verde serpentina ondulada por su propia brisa
y he aquí a tu tío, persona brusca y a rayas,
que regresa a vigilarte
y relajarse bajo las mecedoras
del porche.
Cuando se despoja de su vieja piel
la serpiente proclama la resurrección
a todos los creyentes
aunque hay quienes se cansan pronto
de nacer y renacer... para ellos es el soplo
que tiembla en la hierba amarilla,
un dedo de papel, la mitad de un lazo,
la cita para acudir al río muerto.
¿Quién se refugia en la bodega fría
con las manzanas y las ratas?
¿De quién es esa voz de pellejo
que se crispa al viento?
...Del hijo que perdiste y que susurra "Madre",
el que jamás pariste
y quiere volver a entrar.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
9 comentarios:
Bueno, yo no sé si habrá reencarnación aunque tiendo a pensar que no. Es decir, morimos y nuestra materia corporal -moléculas, átomos- se rematerializa y convierte en otros seres (vivos e inertes). Igual que nosotros -nuestros cuerpos- fuimos hechos a partir de la verdura, la fruta, el pescado y la carne que comía nuestra madre mientras nos llevaba en el útero. Pero eso no es reencarnación, a mi modo de ver, sino rematerialización.
Lo que sí está claro es que venimos de muchísimas personas, o más bien a través de ellas, y que de toda esa inmensa estirpe o linaje genealógico no sabemos nada. Rien de rien. Nothing of nothing.
Por supuesto que en la remotísima raíz primigenia debía haber un pez. Me hace gracia pensar que mi bisa-bisa-bisa...-abuelo era un pececito, y que luego tuve un tata-tata...-tataranieto reptil, y luego un pequeño mamífero, y luego un mono, etc, etc, etc... Ya como antepasados o ascendientes humanos, es seguro que entre ellos hubo gente pa tó: buena y mala, probablemente algún asesino, algún héroe, algún villano, alguna buena persona... Váyase Vd a saber.
Vengo de (o a través de) tantísima gente, de gente cuya carga cromosómica parcialmente arrastro. ¡Y yo aquí, sin saber nada de ellos!
No sólo eso, Sandra. Es decir, no sólo no sabemos nada de toda esa ingente cantidad de personas de las que venimos (o a través de las cuales -como tú dices- venimos), sino que quienes tenemos descendencia no podemos saber nada de toda la retahíla de personas que vendrán de nosotros (o a través de nosotros). Con suerte sabremos (e incluso tal vez podamos influir) en la vida de nuestros hijos, incluso de nuestros nietos. Pero ¿y en los hijos de nuestros nietos, y en los hijos de los hijos de los hijos... de nuestros nietos, etc? Estoy pensando en descendientes del siglo 22, del siglo 23, etc. También ahí habrá gente para todo: buenos y malos, veraces y mendaces, héroes y villanos... (Esto suponiendo, claro es, que a la humanidad le queden siglos y milenios de existencia, lo que cuando menos es dudoso por la amenaza de los imperialismos, de las armas nucleares -y las guerras que pueda desencadenar el agotamiento de los combustibles fósiles- y de la propia superpoblación mundial.)
Estaré desconectado unos días. A pesar de las amenazas que se nos ciernen, feliz fin de semana a todos.
Muchos cobardes sólo son valientes con sus mujeres.
(JOSÉ HERNÁNDEZ)
Teta que mano no cubre, no es teta sino que es ubre.
Cuando está abierto el cajón, el más honrado es ladrón.
(proverbio mexicano)
Nutrir a un buitre
o a un almendro podría
después mi cuerpo.
(CUQUI COVALEDA)
Los animales son las bestias, pero el hombre es el monstruo.
Me pregunto: dónde está la belleza, dónde el bien.
Yo sé que existen.
Los he besado con mis propios labios.
He pasado mis dedos azulados por sus suavísimos contornos.
Yo misma he sostenido sus pilares y pinté sus colores y pronuncié sus nombres.
Dónde afluyó entonces todo eso, dónde ha parado.
(SARA MESA)
De los libros le queda lo que deja
la memoria, esa forma del olvido
que retiene el formato, el sentido,
y que los meros títulos refleja.
(BORGES)
Publicar un comentario