viernes, 10 de septiembre de 2010
Cada minuto (por Sarah Manguso)
¿Quién dice que es tan fácil salvar vidas?
En mitad de una entrevista de trabajo puede
que veas al gato desde la ventana en el piso diecisiete
cuando cruza la calle contra el tráfico,
cuando vas a responder una pregunta
acerca de tu peor rasgo de carácter
y mientes al decir que eres demasiado cuidadosa.
¿Y qué si sigues viendo al gato en todo momento y no puedes salvarlo?
El fracaso se parece más a esto que a duelos o maratones.
Todo se puede salvar, y no llegar a tiempo lo evita.
A cada minuto, respondes a la pregunta
y miras por la ventana de la iglesia para ver
a tu gran amor cegado por el resplandor, cruzando la calle, solo.
En mitad de una entrevista de trabajo puede
que veas al gato desde la ventana en el piso diecisiete
cuando cruza la calle contra el tráfico,
cuando vas a responder una pregunta
acerca de tu peor rasgo de carácter
y mientes al decir que eres demasiado cuidadosa.
¿Y qué si sigues viendo al gato en todo momento y no puedes salvarlo?
El fracaso se parece más a esto que a duelos o maratones.
Todo se puede salvar, y no llegar a tiempo lo evita.
A cada minuto, respondes a la pregunta
y miras por la ventana de la iglesia para ver
a tu gran amor cegado por el resplandor, cruzando la calle, solo.
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2 comentarios:
Quien yerra y enmienda, a Dios se encomienda.
Mi caballo se entristece
de ver lo que por ti sufro
y hasta llora algunas veces.
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