lunes, 1 de agosto de 2011
Otra vez soy el tiempo que me queda (por Caballero Bonald)
Solícito el silencio se desliza por la mesa nocturna,
rebasa el irrisorio contenido del vaso.
No beberé ya más hasta tan tarde:
otra vez soy el tiempo que me queda.
Detrás de la penumbra yace un cuerpo desnudo
y hay un chorro de música hedionda
dilatando las burbujas del vidrio.
Tan distante como mi juventud
pernocta entre los muebles el amorfo,
el tenaz y oxidado material del deseo.
Qué aviso más penúltimo amagando en las puertas, los grifos, las cortinas.
Qué terror de repente de los timbres.
La botella vacía se parece a mi alma.
rebasa el irrisorio contenido del vaso.
No beberé ya más hasta tan tarde:
otra vez soy el tiempo que me queda.
Detrás de la penumbra yace un cuerpo desnudo
y hay un chorro de música hedionda
dilatando las burbujas del vidrio.
Tan distante como mi juventud
pernocta entre los muebles el amorfo,
el tenaz y oxidado material del deseo.
Qué aviso más penúltimo amagando en las puertas, los grifos, las cortinas.
Qué terror de repente de los timbres.
La botella vacía se parece a mi alma.
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6 comentarios:
Cuando mitificamos a alguien no exageramos mucho sus méritos, pero lo que sí hacemos es silenciar todos sus defectos.
Algunas de las peores cosas de mi vida no han llegado a pasarme.
(TWAIN)
La vida me arreglaría
un puente que atravesara
de tu casita a la mía.
El fondo del corazón está más lejos que el fin del mundo.
(proverbio danés)
Un poema si no es una pedrada
-y en la sien-
es un fiambre de palabras muertas
si no es una pedrada que partiendo
de una honda certera
se incrusta en una sien
y ya hay un muerto
(IRIGOYEN)
Hay una casa abierta con balcones dorados
y mujeres que venden el placer.
Hay un perro en la puerta de la casa
y hay un hombre que viene de muy lejos.
Pronto será de noche. Ulises, muy cansado,
manda callar al perro y sigue su camino.
(GARCÍA MARTÍN)
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