martes, 3 de enero de 2012
Permítanme ser agua (por Sam Hamill)
Lo que la boca canta, debe aprender a perdonarlo el alma.
A los ojos del mundo real una rata es tan moral como un monje.
Todavía, el corazón es un río
manando de sí mismo, un río que no puede ser cruzado.
Se abre sobre una bahía
y se devuelve sobre sí mismo cuando entra la marea,
lleva el grito del somormujo y las sales
de lo indeciblemente humano.
Un águila distante entra a la boca de un río
el salmón ya no corre, sus amplias alas brillan
corriente arriba hasta que desaparece
hacia la nada de donde vino.
Sólo permanece el pensamiento. Desprovisto de la astucia del águila
o de la sabiduría del gorrión, ¿adónde tornaré,
anegado en tristeza? ¿Quién conocerá lo que los árboles conocen,
la arácnida paciencia del arce joven o lo que confiesa el sauce?
Permítanme ser agua. El corazón se escancia en olas.
Escuchen lo que el agua dice.
Viento, sé un amigo.
No hay nada que yo no pudiera perdonar.
A los ojos del mundo real una rata es tan moral como un monje.
Todavía, el corazón es un río
manando de sí mismo, un río que no puede ser cruzado.
Se abre sobre una bahía
y se devuelve sobre sí mismo cuando entra la marea,
lleva el grito del somormujo y las sales
de lo indeciblemente humano.
Un águila distante entra a la boca de un río
el salmón ya no corre, sus amplias alas brillan
corriente arriba hasta que desaparece
hacia la nada de donde vino.
Sólo permanece el pensamiento. Desprovisto de la astucia del águila
o de la sabiduría del gorrión, ¿adónde tornaré,
anegado en tristeza? ¿Quién conocerá lo que los árboles conocen,
la arácnida paciencia del arce joven o lo que confiesa el sauce?
Permítanme ser agua. El corazón se escancia en olas.
Escuchen lo que el agua dice.
Viento, sé un amigo.
No hay nada que yo no pudiera perdonar.
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4 comentarios:
¿Quién no tuvo envidia del águila, del sauce o incluso del agua que corre inconsciente, insensible?
Para el pájaro el nido, para la araña su tela, para el hombre la amistad.
WILLIAM BLAKE)
Viva la gresca, viva la Tuna.
Corriendo el mundo se hace fortuna.
Guárdate Antonia, guárdate Inés,
que el estudiante muy tuno es.
…no resignarse a las palabras como instrumentos desgastados, ni siquiera como instrumentos, sino también sentirlas como seres vivos, reconocerlas como pequeños animales que tenemos en las manos o en la boca o en el alma
(ROBERTO JUARROZ)
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