zUmO dE pOeSíA

zUmO dE pOeSíA
de todos los colores, de todos los sabores

ALEATORIUM: Saca un poema de nuestro almacén

Ver una entrada al azar

domingo, 15 de abril de 2012

Labios ausentes (por Georges Brassens)

Quiero dedicar este poema
a todas las mujeres que amamos
durante algunos instantes secretos,
a las que apenas conocemos,
a las que un destino distinto les arrastra
y ya no volvemos a ver más.

A la que vemos aparecer
un segundo en su ventana
y rápidamente se desvanece
pero cuya esbelta silueta
es tan graciosa y delicada
que nos quedamos maravillados.

A la compañera de viaje
cuyos ojos, encantador paisaje,
hacen parecer corto el camino.
Que somos los únicos en comprenderla
y a la que sin embargo dejamos bajar
sin haber rozado su mano.

A las que ya están comprometidas,
y que, viviendo horas grises
cerca de un ser demasiado diferente,
nos han dejado, inútil locura,
ver la melancolía
de un futuro desesperante.

Queridas imágenes vistas,
esperanzas frustradas de un día,
mañana estaréis en el olvido.
Con solo un poco de felicidad que tengamos
es raro que nos acordemos
de los episodios del camino.

Pero si hemos fracasado en la vida,
pensamos con un poco de ganas
en todas esas felicidades entrevistas,
en los besos que no osamos coger,
en los corazones que debían esperarnos,
en los ojos que no hemos vuelto a ver.

Entonces, en las noches de hastío,
poblando nuestra soledad
con los fantasmas del recuerdo,
lloramos los labios ausentes
de todas las bellas fugaces
que no supimos retener.

9 comentarios:

Carlos Cay dijo...

En cada una de ellas había un camino pero no lo seguimos (¿porque no quisimos? , ¿porque no supimos?, ¿porque no pudimos?...), y pasamos de largo para adentramos por otro diferente, y ahora no sabemos, ni sabremos nunca, dónde nos habría conducido ese sendero. Mujer de aquel día en la playa que amaneció lluvioso, ¿habríamos sido tú y yo felices juntos?

Al dijo...

La capacidad de ensoñación es tremenda; la nostalgia por el tiempo perdido, por las elecciones erradas, por las promesas no cumplidas, por las miradas que dejamos prendidas en el aire, por el impulso reprimido en el último segundo, por malentendidos aclarados cuando ya no hay remedio... Demorar una palabra aclaratoria, especular sin dar rienda suelta al corazón, no saber leer un brillo que titila en unos ojos, encelarse en un ave del paraíso y perder una torcaz...
En un paréntesis de una relación tormentosa conocí a Elena. Pero el tóxico que enervaba mi pensamiento impidió que aceptara sin reservas la dádiva que se me hacía: aquellas miradas suyas, elocuentes, las bellas mejillas arreboladas, su mano en mi nuca..., ¡Dios!, no me decidí a tomarla, porque la sombra lacerante de la ausente me había secuestrado el pensamiento...
Aquella misma noche me llamó por teléfono la que era el objeto de mi morbosa pasión aniquilante. Nos volvimos a unir por unos meses . Al final, lo irremediable se produjo y rompimos definitivamente.
Y una tarde vi a Elena que salía de un cine, tomada del brazo por un hombre de aspecto insignificante. Se cruzaron nuestras miradas. Percibí la desazón en su cara. Desde luego que la mía debió de dejar traslucir el pasmo y la contrariedad, la decepción...
Sé que se casaron al poco tiempo y que fueron a vivir a los USA. Nunca hice por saber más de ella.
Cuando muchos años después hago balance del camino recorrido, no puedo evitar un sentimiento de nostalgia, dulce y ácido a un tiempo: ¿habré dejado pasar de largo la Mayor Oportunidad que vieron los Siglos?
De la otra me resta una especie de rencor, porque interfirió negativamente en mi vivencia.
Elena, te deseo que hayas logrado ser feliz..., pese a haber perdido una joya de hombre como yo. Sí,sí.

Anónimo dijo...

Al, esa vivencia, u otras muy parecidas, las hemos tenido todos/as. Y lo más triste es que nunca sabremos que habría pasado si... Aunque, quién sabe, tal vez en un universo paralelo... O eso dicen algunos entendidos.

LuisMi dijo...

El amor es una barca con dos remos en el mar. Un remo lo mueve la mano. Otro lo mueve el azar.

From Al to LuisMi dijo...

Sí, LuisMi, pero el remo que mueve el azar es el que más agua desplaza: por eso bogamos en círculos. A veces, en nuestro remar, es tal la fuerza del remo del azar que trazamos una espiral decreciente y corremos el riesgo de que -como en los tornados- nos succione el ojo del torbellino. Hay quien tiene la esperanza de que existan mundos paralelos: ¿si nos tragara el sumidero pudiera darse el caso de que desembocáramos en una playa de esos universos alternativos?
Es bello imaginarlo..., ma io non credo.

pescondido dijo...

este textto no es de Brassens, sino de Antoine Pol,
Brassens solo lo canta con el título Les Passantes

casa de citas dijo...

No leáis para contradecir o impugnar, ni para creer o dar por sentado, ni para hallar tema de conversación o discurso, sino para sopesar y reflexionar.

FRANCIS BACON

ORáKULO dijo...


Complicar es más fácil que simplificar.

Cide Hamete Benengeli dijo...

Ay, Molledo, pueblo mío,
tú no tienes alumbrado,
pero tienes unas vacas
que te dejan "alfombrado".