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lunes, 8 de octubre de 2012

Dígito a dígito (por Cristian Andrés Briones)


Es inhóspito, este electrónico panorama intuitivo.

Esta vista maquinaria se describe por sí misma.

Cada llanto técnico que conforma sus pliegues angulares.

Cada olvido derramado en el fondo de sus hondos precipicios.

Cada simetría autómata,

elevando mi desgracia

desde los cimientos tristes de mi monumental angustia

hasta la tecnológica techumbre del rezongue y la rabieta,

son como un extenso juego de instrucciones

carentes de todo tacto,

todo juicio y toda ánima;

y desechando todo anteojo, pluma tinta y pipa,

vuélvome máquina a la utilidad de mi tormento,

dígito a dígito,

agotando las apelaciones afectuosas

que conmemoran cada instrucción ejecutada,

eliminándolas luego,

disponiendo de la periferia

que es tremendamente tremebunda o,

lo que es lo mismo,

avanzando como imbécil engranaje

alimentado de esta histriónica congoja,

que me abraza de silicio, desde adentro:

ramificándose,

ramificándose,

ramificándose,

ramificándose,

ramificándose,

escurriendo,

propagándose por toda la extensión de mi habitáculo

dejándome trunco, solamente solo y desolado

desde el primo oprimo hasta el último cómputo y, no obstante,

al llevar los tristes plectros al tablero me soporto,

y me soporto

con esta voz, que es mi voz ensangrentada en tinta muerta,

verborreando hercios de amargura por mis labios,

echando jeta afuera un canto desgarrado por repudio a la musa,

cuyo eco, tras retumbar en cada muro de esta tumba,

sale a luz para echar la gran orinada al cosmos,

en donde toda esta patética habladuría

es tragada por el enorme hocico cultural de este milenio.



Y tu imagen de chípica Julieta,

de sílice Venus,

de bítica María extraviada en el agravio de redes,

se me agranda en los conos, en los conos y los bastones

donde todas estas visiones van muriendo.



La pasión de tu tensión mecánica es adicción de multitudes,

tu energía impecable,

tu trabajo alucinante,

la cantidad inmensurable de calor que repartes

por todos mis infortunados poros,

son como un paupérrimo estandarte impreso

en el binario abismo de mi signo.



Yo quemaba el seductivo diagrama de tu boca,

amaba la oratoria interfaz de tu mirada,

admiraba el léxico diseño de tus manos,

te halagaba en lo grave

en lo esdrújulo y lo agudo,

y hubiera dado todos, todos mis voltios desgarrados

por saber qué había dentro de la gran arquitectura de tu olvido.



Pero, ya resignado y, jodidamente jodido hasta el nombre,

desde aqueste traje humano

hasta la supuesta infinitud del universo,

me desangro en símbolos,

he aquí en cadenas necésitas de pulso,

por cuyos muertos caracteres,

tristes signos alzados a los ojos del poeta,

cáiganseme vatios mohínos por toda la amplitud de la lengua,

enunciando: se ha roto el enlace.



Y voy quedando aislado, kilobyte a kilobyte,

ya no hay más ese amperaje que ilumíname,

amperio por amperio voy tumbando los recuerdos

volviéndome tiniebla,

a imagen y semejanza de los apagones,

despojándome de toda corriente.

Suspiros entrañables, oníricas caricias,

circunstancias paridas en lo incierto,

y todas estas cosas,

despachadas a la usanza de la chatarra,

vanse, vanse, vanse una a una,

o lo que es lo mismo, al carajo.



Llanto a llanto, he quedado introvertido en los nodos prepotentes del destino,

mecanizado hasta el ánima, automatizado hasta la médula;

ajados procedimientos me salen al paso

y solamente solo avanzo haciendo del recuerdo un recuerdo,

a la manera que el reloj,

pretendiendo que el tiempo me pudra hasta el péndulo.



Yo hubiera dado todas, todas, todas mis unidades fisiológicas

por saber qué había dentro del circuito de tu psique,

pero,

el olvido,

el olvido,

el olvido,

el olvido,

el olvido,

el olvido ya mueve sus válvulas devorando tu imagen,

a la usanza de los cortocircuitos,

a la usanza de los discos diezmados por un Intro,

a la usanza del formato, que terminará

por convertirte

en una lamentable cadena de ceros.

8 comentarios:

ASTR0-MU3RT0 dijo...

Jejeje, este poema es mío, por cierto, se llama "Ultimo Cómputo"

Saludos y gracias por publicarlo.

zUmO dE pOeSíA (emilia, aitor y cía.) dijo...

Gracias a ti. Siempre es un honor para nosotros que "nuestros" poetas (o sea, quienes han escrito los poemas que seleccionamos) pasen por aquí. Lo dicho: tu visita y tu comentario son un honor y un lujo para nosotros.

Silvio Salvatico dijo...

Me gustó mucho, buen sentido del humor , seremos victimas de la obsolescencia programada . Eso sí yo seguiré escribiendo herzio con z .
Saludos

casa de citas dijo...


Cada uno es como es, y bastante desgracia tiene.

(COLL)

TóTUM REVOLúTUM dijo...

Las personas no están hechas de una vez por todas sino que van eligiendo a lo largo de su vida lo que quieren ser. Y a veces eligen dejar de ser lo que eran y pasar a ser algo distinto. La libertad impide que se termine de conocer completamente a alguien y hace que en ocasiones pueda sorprendernos dando a su vida giros y rumbos nunca previstos, caminos nuevos que nadie imaginó.

(ENRIQUE KRAUZE)

Cide Hamete Benengeli dijo...

Ha llegado mayo,
bienvenido sea
para las bonitas
y para las feas.

cajón desastre dijo...

Si los escritores escribieran con el mismo cuidado que algunas personas hablan, entonces adhasdh asdglaseuyt[bn[ pasdlgkhasdfasdf.

(SNICKET)

Anónimo dijo...

Cristian, estoy tratando de comunicarme contigo. Es Fireley, escríbeme. Un abrazo
fireuribe@gmail.com