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lunes, 5 de noviembre de 2012

Y la brisa (por José Luis Parra)


Salí del cuarto encerrado
del sopor
y la vergüenza

Y la brisa
que atravesaba el pasillo
de levante a poniente
y hacía de la casa una invitación al vuelo
una playa estimulante
me traspasó
como una gracia indecible
como el aire de una almena

Podía vivir de nuevo

5 comentarios:

Costello dijo...

tanto este como el anterior del riego muy buenos , este hombre tiene una emanación artística muy clara . La poesía tiene que ver mucho con la naturaleza y no creo que gente como Parra o Gamoneda tengan relevo , habrá poetas que lo hagan muy bien pero no todo es arte .
Chao

ORáKULO dijo...

Agitar antes de usar.

Agita las ideas, agita los métodos, agita los caminos, agita los sistemas, agita los lenguajes...

TóTUM REVOLúTUM dijo...

No calmarás tu sed bebiéndote la palabra agua.

cajón desastre dijo...


Tan sólo la inocencia y la ignorancia son felices, pero no lo saben.

(PESSOA)

Fuego de palabras dijo...


La gente está exhausta, infeliz y frustrada, la gente es
amarga y vengativa, la gente está engañada y temerosa,
la gente es iracunda y mediocre
y yo conduzco entre ellos en la autopista y ellos
proyectan lo que les han dejado de sí mismos
en su manera de conducir.
Algunos más odiosos, algunos más disimulados
que otros.
A algunos no les gusta que los adelanten, e intentan
evitar que otros lo hagan.
Algunos intentan bloquear los cambios de carril.
Algunos odian los coches más nuevos, más caros.
Otros en esos coches odian los coches más viejos.

La autopista es un circo de emociones
chiquitas y baratas, es
la humanidad en movimiento, la mayoría
viniendo de un lugar que
odia
y yendo a otro lugar que odia todavía
más.
Las autopistas nos enseñan en qué
nos hemos convertido y
muchos de los choques y muertes son la colisión
entre seres incompletos, entre vidas penosas
y dementes.

Cuando conduzco por las autopistas veo el alma de
mi ciudad y es fea, fea, fea: los vivos han
estrangulado
su corazón.

(BUKOWSKI)